Opinión | La ventana

Esto es un sinvivir

Un par de horas antes del arranque oficial de la campaña por las europeas Felipe la inició en El Hormiguero dándole de lo lindo a Zapatero y a Sánchez. A la consabida tesis de que la amnistía certifica el arrodillamiento patrio ante un prófugo de la justicia, quien fuese renovador del partido medio siglo atrás se relamió con otras confituras: del expresidente destacó que se ha convertido en salvador ese «buen muchacho» que dejó la organización -pesecé incluído- hecha unos zorros y sobre el anuncio del retiro de los cinco días no se privó, deteniéndose en la visita al rey que calificó de rara acompañada de un gesto con el que venía a significar que el monarca debió pensar pero este hombre qué hace aquí, no digamos ya después de trasladarle que no se iba ni de coña. Igual el amanuense quiso ser el primero en felicitar a su majestad por el vigésimo aniversario y, a la vista de la confesión íntima en el escrito, este le devolvió el cumplido corroborando lo bonito que es el amor. Más sentido tiene.

Mientras Broncano no llegó a tiempo a un Motos entregado a la causa le faltó esto para sacar a hombros al diestro quien, ahora que ha ganado, puso por las nubes a Illa y aplazó los guiños a Moreno Bonilla para cuando se acerquen las suyas. El que sí compareció en tiempo y forma fue Tezanos. Coincidiendo con la solemne declaración de Feijóo tras la retirada de la ley del suelo de que «el Gobierno está roto», el Cis otorgó cinco puntos de ventaja del pesoe sobre el pepé basándose en la atomización del voto de la derecha donde hasta Ciudadanos puede rascar. A sus 77 tacos hay que ver cómo se lo pasa el sociólogo de cabecera de Pedro. Ni que decir tiene que el diagnóstico del centro de investigaciones va en contra dirección al vaticinio de sondeos privados, pero también lo fue en las generales de julio y es bien sabido qué ocurrió. Yo aún debo alguna invitación porque quienes acertaron van a hacer daño y se piden ostras para empezar. Aunque, ojo. En el pepé no todo el mundo rebaja expectativas. Ayuso sonríe.

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