El municipio castellonense de Villanueva de Viver, perteneciente a la comarca del Alto Mijares, se encuentra situado entre el altiplano de Barracas y las estribaciones del macizo del Penyagolosa. El término montañoso del municipio limita con las localidades de Fuente la Reina, Caudiel y el municipio turolense de San Agustín.
Entre barrancos y pozas
En su montañoso término destacan las cumbres Graja (1.021 metros) y Cerro (991). El núcleo de población de Villanueva de Viver se halla situado a 900 metros de altura; es un municipio localizado en la montaña mediterránea. Su clima responde al perfil de un clima templado de verano seco con rasgos continentales, en el que destaca una temperatura anual media de 13° con veranos calurosos e inviernos donde nieva con cierta frecuencia.
El término municipal está configurado por atractivos paisajes y parajes de gran valor natural donde abundan pinares agrestes. Discurre por él el río Maimoma, afluente del río Mijares. El río discurre de forma encajada, a través de un angosto cañón de elevadas paredes rocosas. Es muy habitual hallar en su cauce numerosas pozas, aprovechadas para el baño por visitantes en épocas veraniegas. En el término destaca además el paisaje agrícola de secano, en el que predominan cereales, almendros y carrascas truferas, que son regadas por el agua proveniente de una serie de acequias o de manantiales como el de San Roque. Además, sobresale un atractivo paisaje montañoso que invita a recorrerlo a través de sus sendas señalizadas.
Antiguamente la localidad era conocida como Villanueva de la Reina según la tradición en honor a Leonor de Portugal, que fallecería de peste negra de camino a Jérica en 1348. La localidad tiene sus orígenes en una alquería árabe que fue repoblada por cristianos tras la expulsión morisca.
A inicios del siglo XX una plaga de la filoxera azotó las tierras de Villanueva, que generó la paralización de la producción de viñedo. Razón por la cual se inició un proceso migratorio que no ha cesado, con destino a las ciudades y municipios con más oportunidades laborales. Hoy, Villanueva de Viver, es el tercer municipio menos poblado de la comarca del Alto Mijares, y forma parte del conjunto de pueblos con menos de 100 habitantes: cuenta con 61 habitantes, una quinta parte de los que había a mediados del siglo XX. La economía actual se basa en algún cultivo de secano y en la apicultura.
Un pueblo de montaña, con atractivos patrimoniales
El casco urbano de Villanueva de Viver es atravesado por la carretera que conduce a Fuente de la Reina CV-207. Se localiza sobre una colina, siguiendo el patrón de tantos pueblos del interior castellonense, por lo que su callejero se caracteriza por las pendientes. El paisaje en este caso está dominado por calles estrechas y edificaciones tradicionales de piedra, frecuentemente abandonadas, que fueron levantadas durante el siglo XIX, que se alternan con otras más actuales, destinadas principalmente como segunda residencia estival.
Entre sus edificaciones singulares la Iglesia Parroquial dedicada a San Antonio Abad. Se trata de un monumento Bien de Interés Cultural BIC, de estilo gótico construido a finales del siglo XVII y principios del siglo XVIII. El edificio presenta una planta de cruz latina de una sola nave con capillas laterales y una torre campanario con una campana. La fachada de mampostería presenta una portada retablo. En el interior se pueden observar piezas de orfebrería de gran valor artístico. En la plaza donde se localiza la iglesia, se haya también una interesante fuente con una imagen religiosa.
En el entorno del municipio se hallan otros elementos de interés patrimonial como la Ermita de San Martín. En honor a este santo, el día 21 de agosto es trasladada su reliquia desde la iglesia parroquial hasta la ermita, donde se celebra una misa. La ermita es Bien de Interés Cultural y está situada al este de la población, y consiste en un edificio rústico de mampostería, reforzado con sillares y un contrafuerte lateral. Se encuentra en buen estado de conservación ya que ha sido rehabilitada por el ayuntamiento. Anexa a ella se halla una dependencia que servía como vivienda del ermitaño y como refugio para los caminantes.
El turismo, una actividad en crecimiento limitado
Durante los últimos años el Ayuntamiento de Villanueva de Viver está llevando a cabo proyectos de recuperación histórica y natural que tienen como objetivo potenciar su atractivo turístico para así atraer a visitantes y reavivar en lo posible la economía local. Es el caso de la señalización de la senda de las Rozas, que se enmarca en el plan de recuperación de senderos y sendas del municipio, y la recuperación y limpieza del antiguo reloj de la iglesia, el cual será expuesto en el edificio del ayuntamiento con sus piezas originales.
En el término municipal son frecuentes los manantiales y las fuentes naturales, un motivo más para conocerlo. Es reseñable la existencia de los restos de la mina Teresa, que estuvo en funcionamiento durante la década de los cuarenta del siglo pasado. Se pueden realizar varias rutas que permiten recorrer parte de su término municipal, como la PRCV 63.3, entre Villanueva y Fuente la Reina; la ruta del Barranco de Maimona, o la ruta de la Peña del Buitre y Collado del Lobo. Villanueva de Viver pertenece al LIC Curso Alto del Río Mijares, a la ZEPA “Serra d´Espadà”, y al Paisaje de Relevancia Regional PRR ‘Serra de Espadà. Un entorno natural de gran atractivo, con reconocimiento institucional.
Con todo, Villanueva de Viver se encuentra inmerso en un proceso de despoblación ocasionado por un éxodo rural que se extiende durante pasadas décadas. Como acontece en otras poblaciones de esta comarca del interior castellonense, se ha transformado en destino de visitantes que aún mantienen lazos familiares con aquellos que emigraron, o que buscan los valores del modo de vida rural, tradicional.
