Villahermosa del Río es un municipio de la comarca castellonense del Alto Mijares, en la cuenca del río Villahermosa. Su altitud es de 755 m.s.n.m. y su término tiene 108,7 km2.

Linda con la provincia de Teruel, concretamente con Puertomingalvo, y varios municipios castellonenses: Vistabella, Chodos, Castillo de Villamalefa, Zucaina, y Cortes de Arenoso. Se trata de un territorio quebrado, de grandes contrastes, en el que destaca la fosa del río Villahermosa, que forma un paisaje de vega, con orientación ibérica NW-SE; y el sector montañoso de Penyagolosa, en el sector nororiental, junto a Vistabella. Los desniveles son muy pronunciados en el término, incluso alcanzan los 1.000 metros.

Vista del pueblo. Miguel Lorenzo

El clima es mediterráneo con influencia de montaña, de manera que las temperaturas medias de invierno son de 6 grados C, y en verano, 22 grados C. Inviernos duros, y veranos moderados. En invierno suelo nevar, por el condicionamiento de la altitud; los 700 milímetros anuales de precipitación son habituales. Abundan los bosques de pinos y en las zonas de umbrías, las sabinas, materia prima de serrerías tradicionales.

Llama la atención el poblamiento disperso en el término de Villahermosa, siguiendo a veces el propio valle del río; se trata de poblados en ambas riberas, como el Romeral, la Remonta, la Manzanera, etc., así como varias construcciones hidráulicas del pasado, como molinos y fábricas de electricidad. La hidrogeología del término, que combina calizas porosas y arcillas impermeables, permite abundantes surgencias, manantiales y fuentes (la Parrilla, la Canaleta, la Zarza…), cuyas aguas vierten al río.

Castillo de Villahermosa. Miguel Lorenzo

El río de Villahermosa se forma en el sur del pueblo, tras la confluencia de los ríos Carbó y Linares; ambos drenan la sierra de Salvatierra. Su orientación predominante es sureste, “la ibérica”, y recibe el afluente del barranco de Juanela. Transcurre por varios términos hasta desembocar en el río Millares, entre Vallat y Espadilla.

Una economía tradicional y una población en retroceso

Villahermosa del Río contaba con 2.475 habitantes en 1900 y en 1910 alcanzó su máximo poblacional, con 2.741. Desde entonces la población fue reduciéndose por el continuo éxodo rural, en dirección a las ciudades del litoral. En 1950 había 2.118, y en 1970, 1.084. El proceso de despoblación se aceleró en los años siguientes, de manera que en 1981 había 542, y en el 2000, 452. Desde entonces la población se ha mantenido estable: 456 en 2010, y 476, en 2021.

Paralelamente las tierras de cultivo han ido reduciéndose. De unas 1.500 hectáreas cultivadas en 1960, actualmente alrededor de 350. Destacan los cereales, con unas 190 hectáreas (cebada, 105); y los olivos, con otras 100 hectáreas. En el regadío hay unas 60 hectáreas (maíz, alfalfa, huerta…), ubicadas en las márgenes del río, por donde se extiende la huerta tradicional. El botánico Cavanilles a finales del siglo XVIII señalaba “Son útiles y deliciosas las huertas de Villahermosa; la multitud de cerezos y nogales, mezclados con otros frutales y moreras; (…) la frescura y las aguas hacen un contraste admirable con las quebradas, picos y montañas que las rodean y defienden”.

Calles Párroco Ventura y Solana. Miguel Lorenzo

En Villahermosa del Río funciona desde el año 2000 una empresa de cosmética de productos naturales, con cultivos propios, de alta calidad; así como una piscifactoría.

Antecedentes históricos y el pueblo

Villahermosa del Río fue fundada a partir de la Carta Puebla obtenida por Abu-Zeit, un caudillo musulmán sometido al vasallaje de Jaime I. Formó parte posteriormente del señorío de Arenoso. A comienzos del siglo XVI estaba poblada por 164 familias, y 299 en 1609, por su economía ganadera. Tras la expulsión no se recuperó la población hasta el siglo XVIII, con la expansión rural, con la actividad ganadera y la producción de cereales, y la ocupación de masías y caseríos dispersos.

La iglesia parroquial de la Natividad de la Virgen data de finales del siglo XVIII, al igual que acontece con la mayoría de sus edificaciones, pues el pueblo original sufrió un gran incendio en 1707, durante la Guerra de Sucesión.

El pueblo de Villahermosa se halla en una elevación. Cavanilles indicaba que “La villa y el cerro, yacen en una hoya rodeada de los montes mas empinados del reyno. Los que están hacia el norte dexan dos barrancos por donde se precipitan los ríos Grande y Carbo, cuya confluencia se halla al mediodía de la villa”. Por el oeste discurre el río Villahermosa o Argelita, y por el este, el río Carbó. El pueblo se encuentra en la ladera de la solana; calles en pendiente o siguiendo las curvas de nivel configuran la red urbana, integrada por unidades edificadas escalonadas, y en cuya parte más elevada se halla la iglesia parroquial de la Natividad de la Virgen. Data de finales del siglo XVIII, al igual que acontece con la mayoría de sus edificaciones, pues el pueblo original sufrió un gran incendio en 1707, durante la Guerra de Sucesión. En el entorno de la Plaza de la Iglesia destacan las calles del Arrabal, Olmos, Cantón y San Julián.

Se conservan restos de dos castillos medievales, el de Villahermosa y el de Salvatierra, y destacan las ermitas del Calvario y de San Bartolomé.

Explanada del río. Miguel Lorenzo

Villahermosa del Río y el turismo

Durante las últimas décadas es destino de veraneantes de las grandes capitales de Castelló y València, de forma que se ha incrementado la afluencia de veraneantes, y se han acondicionado numerosas edificaciones. Llama la atención sus paisajes, de montaña en gran parte del término, y de vega, en el valle del río Villahermosa, así como los propios cursos fluviales. El ayuntamiento ha promovido una piscifactoría para la producción de truchas, debido a la excelente calidad de las aguas. En las instalaciones de la piscifactoría se halla un lago, lugar donde se puede practicar el deporte de la pesca con la propia trucha común, criada en la piscifactoría. En un tramo del río Villahermosa se cuenta con un coto de pesca, donde se puede practicar la pesca sin muerte de la trucha común autóctona.

Son muy interesantes las rutas de senderismo que facilitan su disfrute, como:

La Ruta de Villahermosa del Río a la Cascada del río Carbó. 12,7 km. Ruta lineal en dirección norte.

La Ruta del Barranco Magro. 6 km. Dirección sureste.

La Ruta de la Cascada de la Tosca. 11,2 km. Ruta en dirección noroeste.

La Ruta del Barranco de la Hoz, en el río Carbó. 3 km. Ruta circular, en dirección sur.

La Ruta Pino Cacho Paraje San Bartolomé. 13,4 km. Ruta lineal, en dirección suroeste.

La Ruta a Penyagolosa. 24,8 km. Ruta circular, en dirección oeste.

La Ruta Monte Altís. 10,8 km. Ruta circular, en dirección sur.