Joan F. Chico, Castelló

El Castellón ya espera rival en la tercera ronda de la Copa del Rey. En un partido más que aceptable, el once orellut eliminó al Eibar gracias a una jugada afortunada que hizo justicia a la superioridlidad local. Los de Abel Resino ilusionaron a la afición especialmente en una primera parte en la que Emilio Nsue demostró que puede protagonizar muchas tardes de gloria en Castalia .

El equipo albinegro formó de entrada con cinco caras nuevas con respecto al once que empató en Huesca. Sólo repitió el doble pivote, pero tanto en defensa como en ataque hubo cambios sensibles. Zamora y Diego Reyes sustituyeron a Mora y Baigorri en la zaga, mientras que Perico jugó de inicio en vez de Uranga. Aunque la novedad más importante fue dejar la máxima responsabilidad atacante en dos jugadores tan jóvenes como Emilio Nsue y Pau Franch.

El experimento no le salió nada mal al Castellón. Tanto el mallorquín como el de Betxí aportaron velocidad, desmarque y mucha entrega en cada balón. Especialmente positivo fue el debut como albinegro del jovencísimo Nsue, sin duda el mejor futbolista del partido. El delantero cedido por el Mallorca ocupaba la teórica posición de media punta, pero se movió por todo el campo, participando en todas y cada una de las jugadas de ataque y mostrando una movilidad que hacía tiempo que no se veía en Castalia.

De hecho al Castellón sólo le faltó completar con un gol una muy buena primera parte. Con un Arana inspirado, el peligro acechó constantemente el área del Eibar. Dos balones al palo y otras dos intervenciones destacadas del meta visitante frustraron la ventaja local en el marcador.

Idas y venidas

También el Eibar tuvo un par de aproximaciones con peligro al marco de Carlos Sánchez, pero más fruto de rechaces y balones largos que de dominar el juego, pues los de Abel fueron dueños y señores de la posesión durante los primeros 45 minutos.

La duelo prosiguió en la segunda parte con la misma tónica: dominio castellonense ante un Eibar que suficiente hacía con defenderse ordenadamente. La propuesta del Castellón seguía pasando por Arana, Nsue y el argentino Tabares, que entró en lugar de Pau. El Huracán tuvo una clara ocasión al rematar de cabeza a las manos del meta vasco pero automáticamente el Eibar, en una jugada aislada, mandó el balón al palo en un ajustado disparo de Sutil.

Conforme fueron pasando los minutos, el juego cayó en una lógica apatía fruto del cansancio y el calor. Arana y Nsue se diluyeron y Perico se dedicó a hacer la guerra por su cuenta. Con esta perspectiva, el Eibar se sentía cómodo, esperando una prórroga o una posterior tanda de penalties que le hubiera dado más opciones de ganar que el fútbol conservador demostrado en todo el partido.

Fortuna

Pero, cosas del fútbol, cuando más espeso estaba el Castellón, un balón largo a Nsue fue cortado con la mano por Añibarro provocando la expulsión del defensa visitante. La falta posterior fue ejecutada por Mantecón a la barrera, pero el rechace le cayó a los piés de Tabares, que remató al larguero con la gran fortuna que el balón fue a botar en el cuerpo de Pampin, que lo introdujo, muy a su pesar, en la portería. El gol fue letal para el Eibar, que lo intentó hasta el final pero que no llegó a poner en apuros a Carlos Sánchez