Ni Cayo Paloma, ni Isla Bonita ni Honduras. Propongo que la siguiente entrega de Supervivientes se emita íntegramente desde la Ribera. A fin de cuentas, nosotros, los desdichadamente nacidos en la Ribera Baja, sobrevivimos estoicamente a la mosca negra, mosquitos tigre, cucarachas elefante o nubarrones de rantelles propias de ecosistemas salvajes en donde la civilización brilla por su ausencia.

Levante-EMV ha informado puntualmente de los problemas que supone fumigar en la comarca, si bien es cierto que un ciudadano de a pie como un servidor apela, ante todo, a la sensatez para resolver un asunto de primer orden. Mis paisanos, fieles a su mediocre pasividad, permanecen impasibles, incorporando a estos repugnantes bichos en su árbol genealógico. La mayoría, por cierto, ni se enteran por la sequía del río Xúquer, que agoniza ante la actitud sumisa de bastantes políticos y no pocos ciudadanos.

Llegará un día en que echaremos de menos una comarca habitable, confortable y en la que podamos tomar un gin-tonic sin supervisar cuántos cuerpos indeseables moran en el mejunje.

Como ocurre ya, por cierto, con la extinción de los gatos y las ratas. ¡Ay de esos tiempos en que uno se encontraba en la calle animales salvajes pero afables! ¿Dónde estáis, amigos? Da que pensar -y no bien, por cierto- si esa plaga de repelentes insectos representa a modo de metáfora la dejadez política y social de unas ciudades abandonadas a su suerte.

Ya basta de sacar pecho hipócrita por banderas azules, turismo de baja estofa y séptimas maravillas comarcales. ¡Si la cotidianidad existencial ejemplifica un desinterés generalizado por cuidar el entorno!

Estos asuntos que muchos consideran periféricos, deberían tratarse urgentemente con la cordura y la coherencia propia de gente ilustrada, capaz de proponer alternativas o soluciones.

Sospecho que a nadie le agrada convivir con cucarachas gigantescas. Sin embargo, ¿quién se queja?

¿Y esas urgencias de ambulatorios colapsadas por las picaduras de mosquitos? ¿Es acaso normal? Ya saben: si la siguiente temporada de Supervivientes se emite desde Sueca, por ejemplo, evitemos la extrañeza o la estupefacción. Nosotros, los de la Ribera, nacimos supervivientes.