El exilio científico tuvo una dimensión colectiva que ha llevado a los historiadores a hablar de toda una generación pérdida. Un grupo de hombres y mujeres que trató de matener cierta cohesión institucional esperando el regreso a España tras la segunda guerra mundial, aunque esa solidez decayó como consecuencia del afianzamiento del franquismo en los años 50 y su reconocimiento internacional. Incluso llegaron a editar una revista científica entre 1940 y 1975 para actualizar los avances en ciencias, medicina, agricultura e industria. A México, según ha publicado Trullenque, llegaron un total de 287 médicos del más de medio millar que se exilió, de ellos 15 eran profesores universitarios, 116 especialistas y 106 médicos generales, 25 valencianos. También se exiliaron 86 ingenieros, 29 farmacéuticos, 21 químicos, 20 arquitectos, 16 profesores de exactas y 12 de naturales. C. Alós alzira
