La dirección del colegio aseguró ayer no tener constancia de que alumnos del centro hayan tenido que ser atendidos por lipotimias como cosecuencia del fuerte calor en las aulas -explicaron que cuando un niño se encuentra mal y se avisa a los padres no se puede determinar el motivo-, pero diferentes padres dijeron conocer casos y, el último, sin ir más lejos, el mismo miércoles. Vanessa Calafat relató que una madre había explicado que su hijo, de 8 años, salió del colegio con dolor de cabeza y 38,5º C de fiebre y lo llevó al hospital, donde atribuyeron los síntomas a un «golpe de calor». Según esta fuente, el niño volvió ayer a clase con normalidad y «estaba encantando» ya que, al faltar numerosos alumnos, «tenía un ventilador para él solo».
Por su parte, Miguel Ángel Garrido explicó que su sobrino también sufrió una lipotimia el verano pasado. «Cuando salen a mediodía lo ves, sólo hace falta verles la cara, están rojos, están «'acalorats'», resumió. El presidente de la asociación de padres, José Miguel Ferrer, también dijo tener constancia de algún caso de lipotimias en el centro.
Tanto los padres como desde el colegio explicaron ayer que los niños no habían salido al patio para protegerles del agobiante calor y se les había proporcionado líquidos en abundancia y polos para garantizar una buena hidratación. Desde el centro explicaron que en algunas estancias interiores la temperatura era ayer mucho más moderada que en el exterior.
Las mediciones realizadas por el colegio reflejaban temperaturas de entre 26 y 27 º C a las nueve de la mañana, hora de entrada. Con todo, los padres señalan que cuando las aulas están llenas la temperatura se dispara y recordaron que en años anteriores se realizó un seguimiento de la temperatura que se registraba en cada clase. Esta situación llevó al AMPA a instalar ventiladores -de techo en el caso de las aulas de infantil y portátiles en las de los más mayores- mientras que el ayuntamiento, recordó Juárez, financió hace un par de cursos unas obras que propician una mayor ventilación de las clases y que, según la edil, han contribuido a reducir un par de grados la temeratura en las aulas.
Los padres están dispuestos a aumentar la presión para que la Administración aporte una solución definitiva.
