El «Árbitro Asistente de Vídeo» solo intervendrá en errores muy claros o en situaciones que resulten decisivas, considerándose tales aquellas en las que el colegiado cambiaría su decisión si pudiera ver la repetición. Todo con la idea de que el fútbol no pierda su fluidez con constantes interrupciones.
En concreto, solo actuará en cuatro supuestos: los goles, donde se revisará si ha habido fuera de juego, falta del equipo atacante previa al tanto o si el balón ha entrado; en penaltis, para comprobar si existe la falta, si es dentro o fuera del área, si el jugador llega de fuera de juego o si la pelota había salido previamente; en tarjetas rojas directas, nunca amarillas; y en confusión de identidad, si el árbitro amonesta a un jugador equivocado.
Este «ojo extra», que ya se usa en otros países como Alemania o Italia, contará con diversas cámaras colocadas de manera estratégica en el estadio Els Arcs, donde se disputará el Cotif, y se controlará desde una sala específica.
En dichos habitáculos, estará prohibido entrar y salir desde media hora antes hasta media hora después del partido, tal y como indica el reglamento, no se podrán utilizar los teléfonos móviles y las conversaciones quedarán registradas, además de las imágenes de sala.
Los nombres de los árbitros de VAR y los de sus ayudantes serán públicos en cada partido y pueden salir entre una plantilla de veinte colegiados de Primera, que ocuparán el puesto principal (VAR), entre asistentes o árbitros de Segunda, que ocuparán el segundo escalón (AVAR) y un operador de vídeo (VOR).
Asimismo, los tres estarán en comunicación con el colegiado central por medio de un auricular. La intención es informarle de decisiones dudosas o bien, para que este se ponga en contacto con la cabina en caso de que necesite la revisión de una jugada.
