La profesión política es una de las peores valoradas por la población. En el país de la picaresca por antonomasia han existido tantos casos de mandatarios corruptos, caraduras y sátrapas que el ciudadano de a pie está curado de espanto. Pero generalizar sería un error mayúsculo ya que los hay que se ganan hasta el último céntimo de sus nóminas. Queda en manos de los vecinos decidir a quién incluyen en cada categoría. En lo que a salarios se refiere, el Ministerio de Función Pública ha publicado las retribuciones de los munícipes en el ejercicio 2017. El salario más alto en términos absolutos de la Ribera corresponde al alcalde de Cullera, Jordi Mayor, con un sueldo de 46.794,13 € en régimen de dedicación exclusiva.

Según explica el ministerio en su informe, las cantidades consignadas incluyen tanto las retribuciones propiamente dichas como las cantidades percibidas en concepto de asistencia a las reuniones de la corporación. Únicamente estarían excluidas las cantidades que tengan por objeto la compensación de un gasto efectivamente realizado, como dietas de viaje u otros análogos.

La localidad turística no es la que más habitantes tiene ni tampoco la que goza de una economía más holgada. La legislatura actual está marcada por la desorbitada deuda que ya arrastraba el ayuntamiento. El consistorio de Cullera adeudaba en 2015 a las entidades financieras 34,4 millones de euros, sumando amortización de capital e intereses. Mayor y su equipo han sacado la calculadora en muchas ocasiones para reducir esa cifra año tras año. Con todo, el municipio costero se permite tener al alcalde mejor pagado de la comarca.

El segundo alcalde que más cobra en la Ribera se encuentra en Carcaixent. Paco Salom percibió en el ejercicio 2017 un salario de 45.770,16 euros. El ayuntamiento carcagentino tampoco goza de una economía boyante y cada año destina varios millones al pago de deuda. Curiosamente, al inicio de la legislatura Salom ocupaba el tercer puesto de los munícipes que más iban a cobrar en la presente legislatura. Con todo, es una cifra algo inferior a la de su predecesora.

Salom ha superado al que, en 2015, era el segundo alcalde con mayor sueldo: Toni González, de Almussafes. El socialista ganó el pasado año 45.000 euros brutos. Las finanzas almusafenses son agua de otro costal. Si bien el consistorio ha tenido que reducir considerablemente su deuda, ésta ni siquiera supera los 4 millones. A esta circunstancia se suma el hecho de que, históricamente, se considera el municipio más rico de la comarca, con una elevada renta per cápita (cifra inflada por la fábrica de Ford y las empresas de su alrededor).

Tres municipios más superan el umbral de los 40.000 euros. El alcalde de l´Alcúdia, Andreu Salom, recibió en 2017 la nada desdeñable cantidad de 43.000 euros brutos por estar al frente del ayuntamiento. José Vicente Alemany, alcalde de Alginet, fue en principio el quinto mejor pagado con un sueldo de 41.347,88 euros. La primera mujer en la lista es Raquel Tamarit, alcaldesa de Sueca, que recibió 40.600 euros. El caso de Alemany y Salom sería de los más destacados, ya que sus municipios no se encuentran entre los cinco más grandes de la comarca, pero sus salarios sí.

El alcalde de Alzira, Diego Gómez, presenta una situación especial. El ministerio cifra en 32.633.25 euros sus retribuciones en el pasado ejercicio cuando la web del ayuntamiento señala en la relación de percepciones que el salario bruto de Gómez es de 42.823 euros. Algunas fuentes apuntan que la diferencia corresponde a la antigüedad y sexenios como funcionario de la Conselleria de Educación.

La relación del ministerio detalla que la alcaldesa de Algemesí, Marta Trenzano, cobra 38.411,10; 35.000 Marta Ortiz (Benifaió) y 37.000 de Josep Maria Mas (Montserrat). En el caso de Alberic, la relación asigna 35.392,33 a Toño Carratalá, si bien ayer defendió que sus retribuciones son de 30.900 euros brutos.

De los más de cuarenta ayuntamientos de la comarca, solo ocho no pagaron a sus alcaldes en 2017. De éstos, únicamente el de Sant Joanet (Evaristo Ribes) y Sellent (Vicente Monar) no abonaron retribución alguna. Los alcaldes de Albalat de la Ribera (Felip Hernandis), Benimodo (Paco Teruel), Favara (Oro Azorín), Guadassuar (Salvador Montañana) y Llombai (Anselmo Cardona) no cuentan con un salario fijo por su trabajo municipal, si bien es cierto que recibieron algunas cantidades en manteria de asistencias y otras percepciones.