Cada vez es más difícil encontrar municipios en los que no haya un minicasino. Algunos, incluso frente a centros educativos. En breve desembarcarán las casas de apuestas también en Villanueva de Castellón (se anuncia en un gran cartelón incluso en Benimuslem), mientras hace unas semanas lo hicieron en Alberic (en pleno centro de la localidad) y l'Alcúdia, tras una pequeña desavenencia con el ayuntamiento. Con anterioridad habían llegado a Alzira, Carcaixent, Sueca, Algemesí o Cullera. Los municipios más pequeños se libran de momento. La llegada de estos salones de juegos ha llegado aparejada a un debate que se enfoca bien distinto en función de los intereses. El pacto entre el PSOE y Podemos por los presupuestos también incluye aprobar una regulación de la publicidad del juego de azar y las apuestas en línea, de ámbito estatal, similar a la de los productos del tabaco. Las compañías critican al gobierno por incitar el mercado negro. Y lo cierto es que, como reconocen fuentes municipales de varios ayuntamientos de la Ribera, el establecimiento de estas casas de apuestas es totalmente legal en la actualidad. Por ejemplo, el Grupo Orenes, una de las empresas de ocio más grandes de España, desembarcó en l'Alcúdia y Alzira. En la primera de las ciudades tuvo que lidiar una dura batalla contra el ayuntamiento de Andreu Salom, que rechazó en primera instancia el proyecto, debido a la ubicación solicitada por la compañía murciana. Orenes planteó al consistorio varios puntos hasta en dos ocasiones distintas, pero con un mismo denominador, instalarse dentro del núcleo urbano. Una demanda que incumplía el marco normativo del Plan General de Ordenación Urbanística (PGOU) de la localidad ribereña y a la que el actual equipo de gobierno se opuso. Entre los argumentos que llevaron al ayuntamiento a oponerse, también se tuvo en cuenta la parte social y el bienestar vecinal. «Un salón de juegos tiene un horario que puede alterar el día a día de nuestros habitantes. Más todavía en verano, que suelen alargarlo hasta las 4 horas de la madrugada. Su actividad no es compatible para poder estar en el interior del municipio», afirmó por entonces Salom. Hoy, el nuevo salón de juegos de Orenes ya luce en el polígono industrial de l'Alcúdia.

Una visión sociológica

En el caso de Alzira, el alcalde, Diego Gómez, confirmó que el proceso había transcurrido sin problemas y que la empresa había solicitado desde un primer momento aterrizar en la capital de la Ribera Alta, en la avenida de la Llibertat, junto a los cines El Punt. Ya se puede apostar, ganar y perder dinero en la ruleta, a través de eventos deportivos, póquer, máquinas tragaperras y demás aficiones. El sociólogo de Algemesí y director del proyecto La Comarca Científica, Alexis Lara, explica: «Hay una estrategia bastante clara para insertarse en lugares donde existen menos recursos de renta pero también menor oferta de ocio, cultura o deporte. Hacen inversiones muy fuertes en publicidad utilizando a personajes de mucho renombre. Al insertarse en poblaciones con carencia de ocio, los jóvenes son su nicho de mercado y en ese sentido las casas de juegos y apuestas son una alternativa al ocio. Está muy aparejado a un estilo de vida vinculado al poco esfuerzo y al éxito inmediato, volátil pero inmediato. El perfil del ludópata es el que tiende a aislarse para centrarse en el juego y por tanto en los barrios humildes o ciudades más pequeñas puede contemplarse como una vía de escape para complementar salarios ínfimos o inexistentes». Doble o nada.