La era Pau Quesada ha comenzado en la UD Alzira con fuerza y con ella sus propias decisiones sobre la plantilla que debe salvar la categoría y subir lo más alto y rápido posible en la tabla clasificatoria. Por lo pronto hay variaciones en la línea más débil, la defensa. Después de tres meses han finalizado los múltiples trámites burocráticos y el argentino Gonzalo Ponce ha podido ser inscrito. Aunque el técnico anunció que quería un central, entre otras posiciones mediocentro, extremo y delantero, finalmente ha incorporado dos.

Ayer se formalizó el fichaje de Vicent Fluixà, central de Xeraco, de gran altura, que ha militado en las dos últimas temporadas en el Atlético Saguntino. Tiene 20 años. El temporada pasada hizo su debut como amateur en Segunda B y jugó 554 minutos en once partidos de los que seis fue titular. Este año tenía la competencia de Arturo, Tendillo o Kike Torrent solo le ha permitido jugar 71 minutos en tres partidos, uno como titular. Fluixà jugó hace dos años en el Levante juvenil de División de Honor. Como ya estaban completadas las 22 fichas, Quesada ha comunicado la baja a Eric y Jona. El primero, procedente del Vila-real, aunque mostraba buenas condiciones técnicas no ha gozado de ningún minuto mientras que Jona solo ha participado 161 minutos en cuatro partidos de los nueve que ha sido convocado, sin que haya marcado ningún gol.

La siguiente cita del conjunto alcireño será, nada más y nada menos, que el clásico entre la Ribera y la Costera. El campo de la Murta será testigo de uno nuevo enfrentamiento entre Olímpic de Xàtiva y Alzira, un duelo que siempre es apasionante. Tras hacer bueno el dicho «a entrenador nuevo, victoria segura», los pupilos de Quesada buscarán un nuevo triunfo el domingo a las 17,00 horas.