Marcada por la presencia del Parque Natural de l'Albufera, y por un elevado grado de antropización, la Ribera Baixa es la comarca valenciana que menos contribuye a su superficie forestal, aportando poco más de 2.000 ha, o un 0,36% del total. Los municipios más «forestales» (Corbera, Favara y Llaurí) disponen de entre el 26% y el 57% de suelo forestal. Cullera alcanza cifras similares a estos tres (alrededor de 500 ha) en términos absolutos, aunque su mayor extensión hace que esto sólo suponga un 10% de su territorio. En el resto de municipios, o no hay suelo forestal, o éste es muy residual (menos del 10%, y por debajo de las 50 ha en todos los casos). En total, menos del 8% de la superficie comarcal está cubierta por suelo forestal.

La exigua superficie forestal arbolada de la comarca está casi monopolizada por el pino carrasco Pinus halepensis, que supone todas las formaciones de coníferas con la excepción de las 13 ha de pino piñonero Pinus pinea que se pueden encontrar en Cullera (Ministerio de Agricultura, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente 2006). Los bosques de ribera presentes son siempre de pequeño tamaño, localizándose las mejores representaciones en Polinyà.

En la comarca de la Ribera Baixa el paisaje más representativo es el agrícola de regadío y marjal en llanuras aluviales. Este paisaje se extiende por un territorio, construido por una serie de procesos de erosión-deposición, encharcamiento, inundación y aluvionamiento, que se materializa en un paisaje de humedal articulado a partir de tres elementos clave, en los que siempre está presente el agua: el lago de l'Albufera, la restinga y el marjal.

El segundo gran ambiente es el del marjal, zona palustre que enmarca al lago de l'Albufera, que además de dedicarse al cultivo del arroz, sirve de hábitat tanto a especies vegetales como animales entre sus canales y acequias.

El tercer ambiente es el lago de l'Albufera, lámina de agua salobre, en contacto con el mar a través de les goles, y poca profundidad. Las matas de vegetación existentes sirven de alimento y abrigo a una fauna que ha sido clave en relación entre el hombre y el lago, a través de la pesca y de la caza.

El litoral de la Ribera Baixa está monopolizado por los municipios de Cullera y Sueca. Tomando la franja de 200 m, cubre un total de 462 ha (Morales y Barba, 2015), de las cuales un 54% son superficie protegida.