El agua del grifo no es apta para todos los públicos en las localidades que dependen de la Mancomunidad de Aguas Potables y Servicios Sociales de Càrcer, Alcàntera de Xúquer, Cotes y Sellent. Los bandos municipales alertaron a la población que las últimas lluvias acaecidas provocaron la crecida de los niveles de nitratos en el agua, lo que aconseja que no sea consumida por lactantes, embarazadas y enfermos del riñón, además de para cocinar preparados alimenticios para recién nacidos.

Para el resto de la población los niveles no son preocupantes, ya que se sitúan justo por encima de lo que marca la legislación sanitaria. De hecho, durante la actual legislatura (ahora mismo el presidente es el alcalde de Càrcer, Josep Botella) se ha conseguido hacer descender considerablemente los niveles de nitratos y en el último año no habían existido ningún tipo de restricciones. Sin embargo, las lluvias de noviembre fueron caudalosas y desequilibraron los registros, por lo que las autoridades municipales han decidido restringir el uso.

«Los controles son exhaustivos y por eso tomamos las medidas necesarias para asegurar la salud de los vecinos y vecinas. En las últimas semanas no ha habido precipitaciones y por lo tanto lo normal es que el agua potable pueda ser consumida a todos los efectos a partir de la próxima analítica que se realice, que tendrá lugar en breve. Además, podríamos solucionar el problema para siempre con la activación definitiva del Pou de la Molinera, en la que ya se han invertido alrededor de 30.000 euros. La Mancomunidad de Aguas Potable que une a las cuatro localidades compró los terrenos y desarrolló trabajos de saneamiento para que, cuando se active la inversión de la Generalitat Valenciana, todo esté preparado», argumenta el edil carcelino. El pleno de noviembre del Parlamento Europeo respaldó implantar medidas para incrementar la confianza de los consumidores en el agua de grifo y reducir el consumo de agua embotellada por su enorme perjuicio para el medio ambiente.