Los trabajos en pos de completar los muchos huecos de los libros de historia dan sus frutos poco a poco. El último hito se produjo ayer en Villanueva de Castellón, con la localización de cuatro cadáveres sin identificar que, según apuntan los investigadores, con toda probabilidad son algunos de los ocho carabineros republicanos fallecidos en el hospital de campaña que la localidad albergó en los estertores de la Guerra Civil y que fueron enterrados en el cementerio sin que se registrase su entrada. Una historia que apuntó el investigador local Àlvar Sentandreu, tal y como se hizo eco Levante-EMV a finales del pasado mes de enero, y que tras los esfuerzos conjuntos del citado intelectual, ayuntamiento, diputación y la asociación científica Arqueoantro está culminando finalmente con el hallazgo de los soldados perdidos en las tumbas del municipio de la Ribera.

Los trabajos que culminaban el proyecto empezaron el pasado martes. Arqueoantro, asociación de voluntarios dedicada a las labores arqueológicas en materia de memoria histórica „y que está implicada en las excavaciones de las fosas comunes de Paterna„ ha sido la encargada de extraer los nichos candidatos a albergar los cuerpos de los carabineros, tumbas seleccionadas en colaboración con el archivo de la concejalía de Memoria Histórica de Villanueva de Castellón que dirige Oti Ferrando. A lo largo de los dos días de trabajos se han abierto un total de diez tumbas: en cuatro de ellas se localizaron restos óseos de otras tantas personas con indicios claros, como la ropa, de que podrían ser los carabineros aunque habrá que esperar a las pruebas genéticas para obtener la confirmación definitiva; otras cuatro amanecieron vacías, mientras que en las dos últimas se encontraron restos humanos que no correspondían a los combatientes que se buscaban, por lo que fueron devueltos a sus tumbas sin identificar. La búsqueda conjunta entre el ayuntamiento y Arqueoantro continuará a partir de hoy en otra zona del cementerio, según informó Ferrando a este periódico.

Se ha tratado este de un proyecto que ha unido, en honor de la memoria histórica, a instituciones y particulares. El proyecto surgió merced a las investigaciones de Àlvar Sentandreu acerca de los soldados fallecidos en el colegio de Santo Domingo de la localidad, reconvertido en un hospital de campaña del Instituto de Carabineros en la Guerra Civil. Sentandreu dio con las partidas de defunción de ocho carabineros; según el registro, habían sido enterrados en el cementerio de Vilanueva de Castellón. Gracias a una subvención de 18.000 euros de la Diputació de València se puso en marcha el proyecto plasmado sobre el terreno esta semana. La diputada de Memoria Histórica Rosa Pérez Garijo, que acudió ayer a visitar el cementerio, reivindicó la exhumación de fosas como una «cuestión prioritaria» y de justicia para familias que llevan «más de 80 años esperando».

Testimonios implicados

Estos carabineros no fueron represaliados del régimen franquista a la manera de las víctimas de las fosas de Paterna, pero al fin y al cabo no dejan de ser muertos a los que seguro que alguien ha echado de menos. De hecho, ayer acudió a observar los trabajos la sobrina de uno de ellos „uno de los tres carabineros con familia localizada„, quien manifestó conocer de la existencia de su tío por «las historias» que contaba su madre. «Este hallazgo supone para mí cerrar esa historia», añadió. La casualidad hizo que una vecina de Paterna, sin conocer los trabajos que se estaban llevando a cabo en el cementerio, acudiese ayer mismo por la mañana a visitar la tumba de su abuelo, según contó fusilado por rojo y trasladado después a este camposanto. Era uno de los cuarenta nombres de vecinos de la localidad que aparecían en los archivos de la concejalía de Memoria Histórica como ejecutados por el régimen en Paterna. Ferrando apuntó las señas su tumba: la octava, de cuarenta, con una localización contrastada. Queda mucho.