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La fractura de la izquierda en Favara amenaza la presidencia de Escrig

? El PSPV denuncia el «flagrante» incumplimiento del Botànic tras quedar fuera del gobierno y emplaza a Compromís a rectificar ? PSOE y PP fuerzan una votación para revocar al edil nacionalista como vocal

La fractura de la izquierda en Favara, donde Compromís y el PSOE no han podido reeditar el Pacte del Botànic después de que la coalición de gobierno saltara por los aires la pasada legislatura, amenaza con convertir en efímero el paso de Arturo Escrig por la Mancomunitat de la Ribera Baixa. El concejal nacionalista de Favara fue elegido presidente el miércoles gracias al pacto alcanzado por Compromís, EU y el grupo independiente de Benicull, tras encallar la negociación con el PSOE, grupo mayoritario, que ha quedado fuera del gobierno. No obstante, el futuro de Escrig pende de un hilo ya que la corporación de Favara debe votar la próxima semana una propuesta de PSPV y PP para sustituirle como representante del ayuntamiento en la Mancomunitat por la concejal del PP Esther Císcar.

El exalcalde de Corbera Jordi Vicedo, que ha participado en la negociación en representación de Compromís, admitió ayer que la situación es anómala y aboca a un «necesario entendimiento» de las fuerzas progresistas ya que, admitió, «es un acuerdo que no contenta a nadie» que se ha precipitado ante los plazos que impone la normativa para construir el ente. «Hay que comprender que Compromís no podía apoyar una presidencia del PSOE mientras los socialistas se alían con el PP en Favara para hacer dimitir al vocal en la Mancomunitat -en este caso Escrig-, que precisamente iba a votar la candidatura del PSOE como presidente. Es totalmente irracional», comentó Vicedo, mientras abogaba por buscar un acuerdo con el PSPV.

No obstante, el secretario comarcal de los socialistas, Salvador Martínez, denunció ayer un «flagrante» incumplimiento del Pacte del Botànic por parte de Compromís al no apoyar a la lista más votada y emplazó a los nacionalistas a rectificar «por el buen funcionamiento de la Mancomunitat». Martínez defendió que «los problemas de cada pueblo no se pueden ni deben solucionar en la Mancomunitat» y señaló que «ésta tampoco debe utilizarse para influir en las decisiones de cada agrupación local y cada grupo municipal». «El PSPV llegó a un pacto supramunicipal con las fuerzas de izquierdas y creemos que debe ser respetado, más allá de las dificultades y vicisitudes de cada pueblo por separado. a solución de Favara debe ser abordada por las fuerzas políticas de Favara», incidió Martínez, mientras recordaba que la propuesta inicial de designar a la concejal del PP como segunda representante en la Mancomunitat -cada municipio tiene dos, el alcalde como miembro nato y un vocal elegido por el pleno- partió de la propia alcaldesa de Favara, Oro Azorín, de Compromís, que después aprovechó la ausencia de un concejal del PP en un pleno para, recurriendo al voto de calidad, designar a su compañero de grupo, Arturo Escrig. La oposición (PSOE y PP) reaccionó a esa maniobra reclamando un pleno extraordinario para revocar ese acuerdo. La sesión se celebrará el próximo viernes y si las negociaciones, que se presumen intensas, o la presión de las estructuras de los partidos no lo impide, puede acabar con el relevo de Escrig como presidente aunque el bloque formado por el actual gobierno podría designar al nuevo presidente.

El vicepresidente primero en representación de EU y alcalde de Polinyà, Òscar Navarro, admitió ayer que la situación que vive la izquierda en la comarca «deja mucho que desear» y comentó que la posibilidad de alcanzar un amplio acuerdo se había ido «al traste» con la solicitud del pleno extraordinario en Favara. Abogó por «seguir buscando acuerdos para llegar a un consenso con los socialistas y, de esta forma, ganar en estabilidad».

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