Los pueblos de la comarca continúan alzando la voz por las nefastas consecuencias provocadas por el último temporal. La indignación se ha adueñado de Alberic, donde los agricultores afectados por la crecida del río temen ante la posibilidad de perder los naranjos, como adelantó Levante-EMV. El ayuntamiento que comanda Toño Carratalá denunció ayer «la parsimonia y la falta de implicación» de administraciones superiores como la Confederación Hidrográfica del Júcar en la toma de decisiones tras la tromba de agua que ya hace una semana sepultó decenas de hanegadas de huertos en la zona en la que confluyen los ríos Xúquer y Albaida, provocando la desesperación de los agricultores, que ven como se pierden sus cosechas.

Según confirmaron fuentes municipales, son constantes las visitas de los labradores a la casa consistorial exigiendo acciones que ayuden a paliar los daños. El alcalde alberiquense estuvo ayer en la zona afectada y observó «una situación de auténtico drama, con un gran número de huertos totalmente destruidos sin que nadie tome decisiones. La situación es urgente y aquí nadie reacciona». Ante la falta de respuesta por parte de las administraciones supramunicipales, el ayuntamiento ya ha empezado los trámites para que una empresa limpie la zona «a pesar de que no es competencia nuestra y que nos va a costar miles de euros que no tendríamos porque gastar en estos asuntos. Pero no podemos dejar que los agricultores interioricen que no hay nadie que esté a su lado cuando más lo necesitan», puntualizó Carratalá.

«Se nos irá de las manos»

Alberic cuenta con una zona especialmente delicada ya que en el denominado Trencall confluyen el Albaida y el Xúquer. Es ahí donde, una semana después, se acumulan decenas de toneladas de cañas. Los campos están intransitables e incluso algunas hileras de árboles permanecen soterradas bajo las cañas.

«No podemos asistir a situaciones de este tipo cada año. Nos cansamos de denunciar la situación, como también hacen otros ayuntamientos como Cullera pero aquí nadie reacciona. Este verano hemos gastado miles de euros en la limpieza de barrancos pero no todas las administraciones tienen la misma implicación y alguna vez esto se irá de las manos y tendremos que lamentar daños personales, que serán irreparables, como bien han podido comprobar esta semana en Alicante y Murcia», añadió.

Los técnicos municipales comprobaron que los daños en las instalaciones agrícolas no son los únicos existentes, con caminos en los que ha saltado el asfaltado y casas rurales que han sido afectadas gravemente. Ya en el último episodio de gota fría de hace meses el consistorio se tuvo que hacer cargo de la limpieza urgente de la zona, en la que invirtió más de veinte mil euros.