La comarca conmemoró ayer la entrada de Jaume I en la ciudad de València en 1238. Las localidades se llenaron de actividades culturales y de ocio, pero también de procesiones cívicas que reivindicaron el orgullo de ser valenciano.

Alzira celebró, apenas unas horas después de que concluyese el multitudinario concierto del 9 d'Octubre, una procesión cívica que reunió a decenas de personas en la Casa Reial. Todas juntas desfilaron hasta la Plaça de la Constitución, donde se erige el monumento a Jaume I. Allí, los representantes de las formaciones que integran la corporación municipal tomaron la palabra con discursos que adquirieron tintes de mitin.

Historia y folklore. Cullera apostó de nuevo por recrear el intento frustrado de Jaume I por conquistar la ciudad. En la tarde de ayer, se realizó la entrada del 'Conquistador' y Na Violant de Hungría en el pueblo acompañado de sus caballeros; de cuatro escuadras de moros y cristianos procedentes de comparsas de Ontinyent y de varios espectáculos. Horas antes se celebraron las tradicionales danzas en la plaza del ayuntamiento.

El regreso, quince años después, de los Gegants i Cabuts marcó la jornada de Carcaixent. El acto institucional sirvió, además, para conceder el título de hijo predilecto de la ciudad al artista Paulino Peris. La banda juvenil de la Lira Carcaixentina acompañó la procesión cívica, que incluyó las ofrendas junto a la estatua de Jaume I. Mientras, en Sueca, se realizó una procesión desde el ayuntamiento hasta el Espai Fuster, donde la Asociación Cultural Tabalaina, La Muixeranga, el Grupo de Danzas Almogávers y la Asociación Cultural La Xala realizaron una actuación especial.

La festividad valenciana de Carlet estuvo marcada, un año más, por la amplia participación social. Este año, la Confraria de Sant Isidre i Santa Bàrbara portó la Senyera durante el desfile cívico mientras los clubes de frontenis y pádel, la coral polifónica y la escuela de la Fundació Caixa Carlet llevaron los cordones.

Un «correfoc», una jornada festiva con juegos de madera para toda la familia, un taller de «socarrats valencians» o una cena de hermandad fueron las propuestas de Favara. Por su parte, Benifaió rindió un cálido homenaje a la Senyera, que descendió desde el balcón del consistorio para presidir la procesión. El edil socialista Andrés Blázquez fue el encargado de portarla. La localidad también entregó sus premios a María Asunción Marco Sala y a Protección Civil.

Almussafes también celebró de manera particular el 9 de octubre. Las autoridades locales y los niños del Consejo de la Infancia realizaron una lectura pública de dos fábulas de Enric Valor. También en la Ribera Baixa, Benicull congregó a unas 800 personas en su fiesta de quintos. Ayer se realizaron juegos populares en la plaza.