Las quejas por el estricto confinamiento impuesto en la residencia de personas mayores de Carlet para evitar contagios de la Covid-19 se reprodujeron ayer al frustrarse la expectativa creada por la dirección al anunciar que los residentes que se valen por sí mismos -algo más de setenta- tendrían autorización a partir de esta semana para bajar en grupos al núcleo urbano a realizar gestiones. «Nos dijeron hace tres o cuatro días que preparáramos grupos para salir de diez en diez y la gente se ha apuntado, pero llega el día y nos dicen que no se puede salir, que esperemos hasta la próxima semana a ver si lo autoriza la conselleria y la gente esta cabreadísima porque no están engañando», relató ayer un residente que pidió mantener el anonimato.

«No sabes la ansiedad que tenemos. Llevamos más de tres meses y sólo podemos salir al jardín una hora al día y por turnos por plantas», incidió, molesto con la actual situación y con el sistema que, según dijo, ha anunciado la dirección para poder autorizar salidas. «Nos dicen que, cuando salgamos, una monitora acompañará a cada grupo de diez. Cómo se va a poder organizar eso cuando uno quiere ir al banco y otro al callista», indicó.

Fuentes de la Conselleria de Igualdad dijeron estar a la espera de que la Comisión de Control de Centros Residenciales tome una decisión tras lo sucedido en Lleida, donde se ha registrado un rebrote en una residencia «con muchos casos asintomáticos». «Con este precedente prima la prudencia», incidieron, mientras defendían que la residencia de Carlet sí está permitiendo paseos en grupos y acompañados por personal del centro por fuera de las instalaciones aunque sin bajar al pueblo, y también autoriza salidas si hay causas justificadas.