La gran merma en la cosecha de caqui de la próxima campaña, que algunas estimaciones ya sitúan en torno al 60 %, empuja al alza los precios que ofrece el comercio, que llegan a duplicar las cotizaciones del año pasado, y que son especialmente elevados en las parcelas en perfecto estado que se pretenden dejar para el último tramo de la temporada. El repunte de precios, no obstante, no garantiza la rentabilidad dada la escasez de fruta.

El vicepresidente de AVA, Bernardo Ferrer, ha revelado que en Alginet y Benifaió se han cerrado acuerdos a 0,56 €/kg, si bien no se trata de algo generalizado y detalla que los tratos de compra en el conjunto de la comarca abarcan una horquilla más amplia que oscila entre 0,40 €/kg y esos 0,56. “Depende mucho de la fecha de recogida”, señala Ferrer, quien matiza que aunque parezcan precios desorbitados si se toma como referencia la campaña pasada, “no lo son porque el año pasado el caqui estaba prostituido, la fruta no tenía precio y se aprovecharon de los agricultores todo lo que pudieron”, indicó, mientras recordaba que son precios que no hace tantos años eran normales. Valga como referencia que la liquidación más elevada de las cooperativas alcanzó el año pasado en la Ribera los 0,36 €/kg en Llombai, pero hubo otras que apenas pagaron 0,15 €/kg, una vez descontada la recolección y el seguro.

Hay un movimiento exagerado del comercio porque está viendo que la merma es real

Las adversidades meteorológicas en forma de abundantes lluvias en primavera y el intenso calor en verano, junto a los efectos de las plagas y, en particular el cotonet y la negrilla, están en el origen de un drástico descenso de cosecha de la campaña que arrancará en las próximas semanas. No son, no obstante, los únicos factores. Bernardo Ferrer recuerda también el impacto en la producción del progresivo abandono de cultivos por la falta de rentabilidad y por la falta de materias activas para combatir las plagas que deja al agricultor inerme.

“El comercio juega con el miedo de la gente, pero este año la estrategia de esperar a comprar hasta el último día no ha funcionado, ahora hay un movimiento exagerado porque están viendo que la merma de producción que hay”, señala Bernardo Ferrer, que incide en que, pese a lo que pueda parecer, el precio no sube tanto y que, pese al repunte, el impacto en el bolsillo del agricultor va a ser mínimo: “Con una producción normal sería perfecto, pero me van a pagar muy bien por algo que no tengo, la falta de fruta condiciona la rentabilidad por hanegada”, subrayó el agricultor alzireño, mientras advertía que hay cooperativas que van a descartar algunas parcelas porque tienen tan poca fruta que no interesa desplazar a un grupo de “collidors”. “Cuando llegue el 14 o el 15 de diciembre habrá el caqui que habrá y por eso se están pagando esos precios por la fruta tardía”, explicó, al tiempo que detallaba que tanto el caqui más madrugador como el que se recoge al final “vale dinero porque es cuando menos fruta hay”.