Las manos no se han puesto todavía a la obra, pero todo hace pensar que será pronto. El Consell ultima la intervención urgente que requiere el monasterio de de Santa Maria d’Aigües Vives, cuyo estado de deterioro se ha visto agravado de forma considerable durante los últimos años. De hecho, el principal temor que existe en estos momentos es que un episodio de precipitaciones torrenciales provoque nuevos daños que obliguen a reiniciar el proceso. Otra vez.
Según ha podido saber Levante-EMV, técnicos del área patrimonial del Consell visitaron recientemente el antiguo convento agustino, que está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), para realizar una nueva inspección del inmueble. Para frenar su degradación, la actuación principal se debe centrar en reparar las goteras, causantes de problemas de filtraciones que amenazan con erosionar, todavía más, la estructura de un edificio que data del siglo XVI. Un diagnóstico que, por otra parte, ya se conocía.
Sin ir más lejos, hace más de un año que está prevista la intervención del Consell en el monasterio. Pese a que el edificio es una propiedad privada, le corresponde al gobierno autonómico velar por el buen estado de sus elementos patrimoniales, como es el caso de un antiguo convento declarado BIC. No obastante, el paso del tiempo solo ha servido para agravar su situación. En el pleno de Carcaixent de junio, la oposición increpó al goberno local que el Consell prometiera cerca de treinta mil euros el año pasado, que se quedaban insuficientes ante el avance del deterioro debido a las lluvias. El concejal de Cultura reconoció que la actuación ahora sobrepasaría los cien mil euros. Unas cifras, no obstante, que son meras estimaciones, pues hasta la fecha el consistorio desconoce más detalles. La sesión plenaria concluyó con el voto de oposición y Compromís unido para reclamar al Consell que realizase los trámites necesarios para intervenir de forma urgente y frenar el deterioro.
Amonestación del Síndic
A colación, el propio edil manifestó que realizar cualquier tipo de obra en un inmueble protegido que se encuentra en un proceso concursal es muy complicado. Con todo, el ejecutivo de Carcaixent confía en que se acelere. «El sentido común dicta que tras la evaluación y la preparación del proyecto se produzca la licitación y, ya por fin, su ejecución. Esperemos, eso sí, que se realice por vía urgente para evitar más daños, que elevarían de nuevo el coste. El monasterio tiene un par de heridas que pueden acabar con una parte importante del edificio. Es necesario asegurar el inmueble para evitar que se produzcan derrumbes en los tejados o el claustro», comentaron fuentes consultadas. Una presteza que se considera mayor en pleno otoño, época propicia para las lluvias torrenciales.
El deterioro del antiguo convento ya provocó, hace más de un año, que el defensor del pueblo valenciano diera una reprimenda a la propiedad y al gobierno autonómico, a los que acusaba de actuar de forma pasiva ante la progresiva ruina del BIC. Fue una asociación de defensa del patrimonio la que denunció el caso ante el Síndic al considerar que «agonizaba lentamente».
Se ha frenado, sin embargo, la sucesión de actos vandálicos, intrusiones y robos que, hace unos años, sufrió el monasterio. Un vecino de la Barraca frecuenta el inmueble y, de forma desinteresada, realiza ciertas labores de mantenimiento como el desbroce de malas hierbas o de limpieza. Una presencia disuasoria que le ha sentado bien al antiguo convento, a la espera de una intervención de mayores proporciones.
