Más defunciones que alumbramientos

Solo cuatro de los cuarenta y siete municipios de la comarca registra un saldo positivo al finalizar el año

Una mujer pasea con un carro de bebé frente a los casalicios de Alzira. | PERALES IBORRA

Una mujer pasea con un carro de bebé frente a los casalicios de Alzira. | PERALES IBORRA / Rubén sebastián. alzira

Rubén sebastián. alzira

La Ribera cerró el año 2021 con un millar de defunciones más que nuevos alumbramientos. De hecho, tan solo cuatro de las 47 localidades de la comarca saldaron el pasado ejercicios con un crecimiento vegetativo positivo, el resto perdió población. Al menos en este apartado estadístico, que no tiene en cuenta los movimientos migratorios.

Como ya ha informado Levante-EMV con anterioridad, solo la llegada de nuevos vecinos permite a los municipios engrosar sus censos. Sin embargo, la tendencia en buena parte de la geografía ribierá es más bien la contraria. El envejecimiento de sus habitantes y la huida de los más jóvenes hacia grandes urbes a la caza de mejores oportunidades y una amplia variedad de servicios se traducen en un difícilmente remediable problema de despoblación.

El crecimiento de cualquier sociedad depende de que nazcan nuevos miembros en una proporción mayor a la de los fallecimientos. De lo contrario, su subsistencia corre peligro. Los datos no engañan a nadie. La Ribera registró el pasado año 2.290 alumbramientos, mientras que el número de decesos ascendió a 3.330. Es decir, 1.040 más. Una diferencia similar a la del año 2020, cuando en la comarca nacieron 2.140 niños, mientras que perdieron la vida 3.146 personas. Es decir, el saldo vegetativo de los últimos dos años es negativo: se produjeron 2.046 óbitos más que nacimientos. Si bien es cierto que los datos tanto de 2020 como de 2021 están influenciados por la irrupción de la pandemia, también lo es que el número de víctimas mortales en la comarca derivadas del Covid no es tan elevado como para convertir el resultado positivo en negativo.

Tan solo cuatro municipios se escapan de la tendencia general. Uno de ellos es Montserrat. La localidad de la Ribera Alta lidera el crecimiento demográfico comarcal, de hecho ha llegado a cuadriplicar su censo en tan solo tres años. Y según los últimos datos publicados por el Institut Valencià d’Estadística, dicha expansión no se frena. En 2021, el informe autonómico contabiliza 67 nacimientos, mientras que el número de defunciones fue 52. Es decir, ganó quince nuevos vecinos, sin contar mudanzas. Es el mejor dato de la Ribera. Entre los resultados positivos también se encuentra Tous, donde las doce personas fallecidas se quedaron por debajo de las diecisiete nacidas. En Alfarp, por su parte,la diferencia fue solo de tres habitantes: 23 recién llegados al mundo por 20 que perdieron la vida. Por último, Sant Joanet dio la bienvenida a cinco bebés y se despidió de cuatro de sus vecinos.

Grandes ciudades

Esto quiere decir que cuarenta y tres municipios registraron más defunciones que nacimientos. La diferencia más elevada se produjo en Sueca, donde en el año 2021 se produjeron 284 decesos mientras que el número de nacimientos ascensdió a 176. Esto quiere decir la mortalidad fue mayor por 108 personas. También superan la barrera de la centena Carcaixent y Cullera. La ciudad de la Ribera Alta contabilizó 262 óbitos por 155 alumbramientos; mientras que en la de la Ribera Baixa fueron 140 y 246, respectivamente.

La diferencia, aunque también negativa, fue menor en Algemesí y en Alzira. La estadística atribuye a la primera 316 muertes mientras que el número de alumbramientos fue de 223, es decir, 93 menos. En la capital ribereña, los 447 fallecidos durante 2021 superaron a los 372 nuevos bebés.

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