Los expertos abogan por vender las naranjas como patrimonio cultural

El catedrático José María García Álvarez reivindica en Carcaixent una mayor pedagogía comercial: «Cuando compras un producto, pero no conoces lo que hay detrás, su precio baja»

Los cítricos esconden un amplio patrimonio en forma de técnicas de cultivo, métodos de regadío y biodiversidad

Las autoridades, este viernes, en la inauguración de la muestra.

Las autoridades, este viernes, en la inauguración de la muestra. / Levante-EMV

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Hay que conocer mejor el pasado de la naranja para saber venderla en un mercado competitivo y global. Esta es una de las ideas que se puede extraer de las ponencias que el Ayuntamiento de Carcaixent ha organizado a lo largo de la segunda edición de su Setmana Cultural de la Taronja. El ingeniero agrónomo y Catedrático de Economía Aplicada José María García Alvárez abogó, durante su conferencia, por una promoción de los cítricos que no apele únicamente a su calidad, sino que tenga también en cuenta su valor patrimonial y cultural.

Precisamente, García fue uno de los responsables de la candidatura que logró el distintivo de Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial para la huerta valenciana. Un reconocimiento que pasa inadvertido para el gran público, como todo lo que implica su producción. «La población no es consciente de la singularidad que representan nuestras técnicas de cultivo, nuestros métodos de riego, la diversidad biológica de nuestro entorno y los elementos paisajísticos que tenemos, únicos en todo el mundo», destacó el experto.

Visita a uno de los puestos de la recién inaugurada Mostra de la Taronja.

Visita a uno de los puestos de la recién inaugurada Mostra de la Taronja. / Levante-EMV

Para García, existe un gran valor desaprovechado en la promoción y venta de cítricos: «Hablamos de una naranja producida en la cuna de la naranja valenciana, nuestra región ofrece las mejores naranjas del mundo y, además, tenemos unas acequias que, incluso, son más antiguas que el propio cultivo. Tenemos que aprovechar y preservar nuestras raíces», reflexionaba.

Sin embargo, la situación en el campo es otra. «El abandono de tierras supone un gran problema porque estamos perdiendo un gran capital, pero también supone un retroceso a nivel de cuidado medioambiental. Los cultivos ayudan a conservar la tierra, que en buenas condiciones es muy importante para captar emisiones de CO2», comentó el catedrático, para añadir a continuación: «Todos los sistemas de producción tradicionales atraviesan momentos de dificultad, como le sucede ahora a la naranja. Existe una competencia feroz y es ahí donde debemos aprender a diferenciar nuestro producto. Debemos invertir en ello para acabar ganando».

Mensajes de confianza

García propuso, incluso, vincular esta promoción de la naranja al sector turístico. «Es muy importante que todo el mundo venga a nuestros pueblos, conozca cómo es la producción y pruebe, aquí, nuestra naranja. Cuando compras un producto, pero no conoces lo que hay detrás, su precio baja. La idea es que los productos, como este, ganen valor porque hay una cultura centenaria tras ellos», destacó.

Por último, el catedrático incidió en la necesidad de cambiar la mentalidad sobre la situación que vive la naranja: «Todos sabemos que nos encontramos ante un panorama complejo, pero necesitamos que los líderes públicos y privados lancen mensajes de confianza para no ahuyentar a los pocos jóvenes emprendedores que lanzan iniciativas muy interesantes en nuestra huerta. Si los mensajes son derrotistas, no vendrán. También es necesaria una mayor y mejor promoción, que no siempre quiere decir que hagan falta inversiones de muchos millones de euros», concluyó.