Rescatado en helicóptero un montañero deshidratado en la Serra de Corbera

Otro rescate evidencia los riesgos de la práctica del senderismo

Efectivos del GERA durante el rescate, con Cullera al fondo.

Efectivos del GERA durante el rescate, con Cullera al fondo. / CPBV

Otro rescate evidencia los riesgos de la práctica del senderismo y montañismo si no se toman las precauciones adecuadas. El Grupo Especial de Rescate en Altura (GERA) asentado en Alzira asistió el pasado sábado a un hombre que necesitaba ayuda, pues se encontraba deshidratado en la Serra de Corbera.

Según fuentes del Consorcio Provincial de Bomberos, el servicio de emergencias activó una brigada del GERA y un helicóptero HLC V-990 ante la llamada de un hombre que se encontraba en la Serra de Corbera deshidratado y en un punto de difícil acceso por tierra, por lo que se le tuvo que rescatar por el aire. Los efectivos le ofrecieron asistencia y le trasladaron hasta un punto seguro.

Este se suma a una larga lista de servicios en el que es uno de los parajes valencianos con más rescates. Tanto la Murta como, en conjunto, la Serra de Corbera, concentran un número importante de incidentes cada año. Personas perdidas, heridas por sufrir caídas o, como en este caso, deshidratadas requieren de forma recurrente los servicios del GERA.

Las sendas de los parajes de la Ribera son seguras y algunas, incluso, aptas para todas las edades. No obstante, abandonarlas puede entrañar un elevado riesgo, sobre todo si es la primera vez que se acude. Su doble familiaridad, por aquello de sentirse como un lugar conocido y al que se puede acudir en familia, no deben hacer olvidar que las rutas de montaña siempre entrañan cierto riesgo.

Los expertos recomiendan planificar las rutas que se pretenden seguir antes de adentrarse en ellas y no iniciar la marcha demasiado tarde, para evitar quedarse sin horas de sol. También es importante consultar la predicción meteorológica y comunicar a los familiares la salida a la montaña. Ir bien equipado es fundamental, tanto en lo que respecta a la vestimenta y al calzado, como a las provisiones: una linterna, un impermeable, ropa cálida o un chaleco reflector son buenas herramientas. La comida y el agua, para evitar deshidrataciones tampoco pueden faltar en la mochila.