Nueve de cada diez pueblos de la Ribera registran más defunciones que nacimientos

Llaurí encadena 21 años de crecimiento vegetativo negativo, mientras Cullera, Albalat y Càrcer superan la década

Montserrat consolida su expansión demográfica: los alumbramientos superan a los decesos en los últimos 22 años

Una madre, junto a su bebé recién nacido, en una imagen de archivo.

Una madre, junto a su bebé recién nacido, en una imagen de archivo. / Javier Vázquez

Rubén Sebastián

Rubén Sebastián

Nueve de cada diez localidades de la Ribera perderían población si no se produjese movimiento migratorio alguno. En el año 2022, último sobre el que se han publicado datos oficiales, el 89,1 % de los municipios de la comarca registró más fallecimientos que nacimientos. Una tendencia que resulta especialmente preocupante en Llaurí, que encadena más de dos décadas de crecimiento vegetativo negativo. 

La estadística comarcal, como ya avanzó Levante-EMV, muestra una tendencia negativa que se alarga once años. Durante más de una década, se han producido en la Ribera más defunciones que alumbramientos. En 2022, fueron 3.388 frente a 2.263. Dicho de otro modo, hubo 1.125 más fallecimientos que nacimientos.

Un análisis por localidades revela que nueve de cada diez registraron la misma tendencia. De hecho, solo cuatro pueblos tuvieron en 2022 un crecimiento vegetativo positivo. En Alginet nacieron cuatro personas más de las que fallecieron; en Benicull, ocho; en Montserrat, veintiuna; y en Turís, tres. Además, en dos poblaciones (Beneixida y Sant Joanet) murieron tantas personas como nacieron. 

Cuadruplica el censo

Montserrat se ha convertido en el referente de la expansión demográfica de la Ribera. Además de ser el único pueblo que encadena una tendencia positiva tan larga, con más de dos décadas en las que los alumbramientos superan a las defunciones, ha sido un polo de atracción constante de población. Cuadruplicó su censo en tres décadas y ya supera los nueve mil habitantes. A principios de los años noventa eran poco más de dos mil. Su cercanía a València y contar con un mercado inmobiliario mucho más asequible que el de la capital provincial explican el impresionante aumento del padrón.

Un bebé recién nacido, en una imagen de archivo.

Un bebé recién nacido, en una imagen de archivo. / Carlos Luján

En el lado opuesto, Llaurí es el pueblo de la comarca que acumula más años de crecimiento vegetativo negativo. Son veintidós consecutivos. La pequeña localidad de la Ribera Baixa lo es cada vez más y se encuentra, junto a otras como Càrcer, Antella o Sumacàrcer, entre aquellas donde la despoblación representa un riesgo por la pérdida de servicios que acarrea. Precisamente, Càrcer figura también entre los municipios que encadenan más años seguidos con más nacimientos que defunciones: son doce. Los mismos que Albalat.

Cullera es otra de las localidades en las que la estadística resulta negativa y lo hace durante un largo periodo de tiempo. Ya son catorce años. En 2022, de hecho, las muertes prácticamente duplicaron a los alumbramientos (136 frente a 276). Sin embargo, como sucede con otras grandes ciudades, su censo crece con la llegada de nuevos pobladores. Recientemente, el consistorio confirmó que su padrón había alcanzado por primera vez los 25.000 habitantes. Lo mismo se puede decir de Alzira, que camina progresivamente hacia los 50.000 a pesar de que la diferencia entre nacidos y fallecidos resultó negativa (344 por 460).

Tendencia natural

Sueca registró en 2022 unas cifras muy similares, en proporción, a las de Cullera, puesto que también se quedó cerca de que las defunciones (315) duplicasen a los nacimientos (169). Aunque, en su caso, la situación de crecimiento vegetativo negativo no se prolonga durante tantos años.

La tendencia natural de la comarca sería la de perder población año a año, al menos durante la última década. Sin embargo, como ya ha explicado este periódico con anterioridad, los movimientos migratorios compensan esta diferencia y elevan el censo hasta alcanzar un volumen de población cada vez mayor. De hecho, de los 4.293 habitantes que ganó la comarca a lo largo del último año, el 95 % llegó desde otro país.