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Día de la desunión gandiense

En enfrentamiento político ante el Dia de la Comunitat Valenciana en la ciudad supera las paredes del ayuntamiento y pasa al mundo de las Fallas La Junta Local decidió no enviar representación, aunque la Fallera Mayor estuvo a título personal

A la izquierda, los asistentes al acto institucional en el salón de plenos. A la derecha, los concejales del PP, solos en los escaños ante la ausencia de PSPV-PSOE y Compromís. ximo ferri

El enfrentamiento político que desde hace años se produce entre los partidos de Gandia a raíz de cómo celebrar el Dia de la Comunitat Valenciana y cómo sentirse valencianos ya ha traspasado el ámbito del ayuntamiento y se ha metido de lleno en el mundo de las Fallas, que constituye uno de los colectivos cívicos más numerosos de la capital de la Safor.

En el día de ayer, cuando Gandia celebró la entrada de Jaume I en la conquistada ciudad de Valencia, la Ejecutiva de la Federació de Falles de Gandia decidió, por primera vez, no enviar una delegación oficial. Pese a eso, en el acto del pleno institucional y la «baixada de la reial senyera» estuvo, a título particular, la Fallera Mayor de la ciudad, Maria Bernabeu Mascarell, así como los miembros de la Ejecutiva de las fallas Ximo Barber y Samuel Figueres.

Fue a mediodía cuando el órgano que preside Josep Lloret anunció la ausencia de la Federació en los actos del 9 d'Octubre que organiza el Ayuntamiento de Gandia. En ese momento Lloret señaló a este periódico que el año pasado él mismo le transmitió al concejal delegado de Fallas, Vicent Gregori, que este colectivo y las falleras mayores de la ciudad se sentían «incómodos» cuando acuden a actos que generan enfrentamientos políticos notables y al que no acuden algunos colectivos, como es este caso.

Desde hace dos años ni el PSPV-PSOE ni Bloc-Compromís acuden al pleno institucional debido a que el Gobierno local del PP no consensúa ni el formato de ese acto ni el comunicado oficial que se lee ante los presentes.

Una decisión «colegiada»

El presidente de las Fallas explicó a Levante-EMV que, ante la falta de respuesta de Vicent Gregori y tras constatar que un año más los políticos de la ciudad se habían echado los trastos a la cabeza a cuenta de su «valencianía», en vez de buscar un mínimo común para celebrar esta jornada festiva unidos, se había decidido no acudir.

Ademas, también había problemas de agenda, dado que las falleras mayores tenían un acto previsto para las 20 horas de ayer, cuando aún no ha finalizado la Procesión Cívica de la «reial senyera», y encima se había convocada a esa hora una reunión de las Fallas para abordar la gestión del bar del Museu Faller.

La decisión de no acudir a los actos del 9 d'Octubre organizados por el Ayuntamiento de Gandia se adoptó «de forma colegiada» por parte de la Ejecutiva, según señaló anoche en un comunicado, pero pese a eso encendió las redes sociales con presidentes que mostraron su disconformidad ante algo que consideraron insólito e impropio de un organismo que representa a tantas personas. «Es un acto del ayuntamiento», indicó Javier Viciano, presidente del Grau, que también es miembro del PP.

Los presidentes de las comisiones falleras no fueron consultados para decidir si se iba o no al 9 d'Octubre, y algunos de ellos señalaron ayer que lo correcto habría sido consultar.

Ante el revuelo generado, anoche estaba prevista una reunión para abordar la polémica y tratar de devolver la tranquilidad al mundo de las Fallas, que hoy, precisamente, ha organizado un encuentro de paellas en la avenida de la República Argentina.

La «amenaza catalana»

En cuanto al acto institucional celebrado en el salón de plenos y la posterior procesión cívica por las calles del centro de la ciudad, el retrato fue el mismo que el año pasado, y puede enmarcarse en el triste clima de enfrentamiento que afecta a los principales partidos gandienses.

Justamente ese es el argumento que usan socialistas y Bloc-Compromís para no acudir al pleno de manera que, como el año pasado, solo el PP tomó la palabra.

El portavoz de esta formación, Víctor Soler, volvió a cargar contra quienes no comparten la denominación, el himno y la bandera oficial de la Comunitat Valenciana, y dedicó buena parte de su discurso «al delirio soberanista catalán que amenaza las tierras valencianas».

La senadora Carla Ripoll fue la encargada de leer el manifiesto de «declaración de valencianía» que posteriormente firmó ella, el alcalde y los otros doce concejales del PP.

Tras la «baixada de la senyera», unas quinientas personas, entre ellas un nutrido colectivo del Grup d'Acció Valencianista (GAV), participó en la procesión cívica hasta el monumento al Rei Jaume I, donde se interpretó el himno regional y se rindió homenaje al Conqueridor.

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