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El plan de ajuste de Gandia obliga a cerrar el primer centro deportivo

El ayuntamiento no ha encontrado empresas que sustituyan a la actual y señala que los recortes impiden hacerse cargo de las instalaciones

El plan de ajuste de Gandia obliga a cerrar el primer centro deportivo

El centro deportivo Roís de Corella, que el ayuntamiento construyó hace seis años con dinero del Plan Zapatero, cerrará el viernes de la próxima semana, cuando se agota definitivamente la concesión de la empresa que hasta ahora ha gestionado el gimnasio y las piscinas que lo integran. Cinco personas empleadas de esa empresa perderán su trabajo, y varias de ellas han pedido audiencia con concejales para poder trasmitirles el problema e intentar que lo eviten.

El centro deportivo, cuya explotación causa pérdidas económicas y al que ninguna empresa a querido optar en el reciente concurso convocado por el ayuntamiento, pasará a ser víctima de la ruina económica en que se encuentra el consistorio.

Pese a que la intención es poder entregarlo a una nueva empresa para que lo gestione, el Gobierno local reconoció ayer que durante las próximas semanas llevará a cabo un inventario de todo el material y de las instalaciones situadas en el interior, y añadió que no contempla que el gimnasio y las piscinas sean gestionados directamente por el ayuntamiento, dado que, al ser un servicio deficitario, incumpliría el Plan de Ajuste Económico pactado con el Ministerio de Hacienda, que impide al consistorio asumir estos gastos adicionales.

«Hay prioridades más urgentes»

Tampoco la empresa municipal Iniciatives Públiques Gandia se hará cargo de mantener abierto el centro deportivo, dado que la mercantil está en proceso de liquidación y ya se ha tomado la decisión de ir vaciándola de contenido para cerrarla cuanto antes.

«Hay otras prioridades más urgentes para destinar el dinero de todos los gandienses, como pagar las rentas de emergencia, las ayudas sociales o la limpieza de las calles», señala el consistorio para justificar el inminente cierre de este centro deportivo que en su día se consideró emblemático.

El último pliego de condiciones con el que el ayuntamiento intentó ceder las instalaciones a una empresa privada obligaba a contratar a los cinco trabajadores que actualmente están allí, así como al pago de 12.000 euros al año en concepto de canon.

El ayuntamiento buscará ahora flexibilizar esas condiciones, incluso situando el canon económico en una cantidad simbólica, si alguna empresa se compromete en mantenerlo abierto, garantizar el debido cuidado de todo el complejo y ofrecer un servicio mínimo a los usuarios.

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