El primer desahucio previsto este año en la comarca de la Safor afectaba a un hombre de 44 años residente en Piles que tenía orden de salir de su casa el 13 de enero. El segundo desahucio estaba fijado para ayer en la calle Cánovas del Castillo de Oliva, y afectaba a una mujer, Carmen, con tres hijos de 14, 12 y 3 años de edad
Ni en un caso ni en el otro se han consumado los desahucios. Y ha sido así por la presión de un grupo de personas agrupadas en la Plataforma d'Afectats per la Hipoteca de la Safor (PAH), que siguen acudiendo allí donde se anuncia la, a su entender, «injusta» medida de que una familia se quede sin casa por no poder pagar.
En el caso de ayer, a la concentración a las puertas de la vivienda afectada le siguió otra ante la oficina bancaria propietaria del inmueble que quería dejar vacío, en este caso Bankia. Pero es que, además de eso, cinco miembros de la PAH, pudieron entrar el banco y hablar con el director con quien, de acuerdo con las instrucciones recibidas desde la oficina central de Alicante, llegaron a un acuerdo satisfactorio.
Señala la PAH que ese acuerdo consiste, como primer punto y el más importante, que Carmen y sus tres hijos se queden viviendo en la casa. En segundo lugar Bankia se comprometió a estudiar las condiciones para que la familia pague un alquiler social, y para ello ya cuenta con el respaldo de Cáritas de Oliva y del departamento de Servicios Sociales del ayuntamiento. Y, como tercer punto del acuerdo, el banco incluso se bridó a estudiar el Plan de Vivienda auspiciado por el Ayuntamiento de Oliva, que incluye la cesión de casas sin inquilinos para ponerlas a disposición de familias en estado de emergencia social.
La PAH señala que, en el caso de que se produzca una demanda penal contra Carmen por haber ocupado esa vivienda de Oliva, exigirá su retirada, y añadió, en la línea de lo dicho cuando impidió el primer desahucio previsto en Piles, que seguirá protestando para evitar los lanzamientos.
El portavoz de la PAH de la Safor, Joan Cogollos, explicó a Levante-EMV que constató «muy buena voluntad» por parte del director de la oficina de Bankia en Oliva para buscar una solución al problema, lo que facilitó el acuerdo tras largas horas de negociaciones. Fueron unas veinte las personas de la PAH y de movimientos sociales de Oliva las que se concentraron para evitar el desahucio.
Carmen, la protagonista de esta historia, tuvo que dejar el alquiler que pagaba y supo que esta vivienda tenía la puerta abierta y entró a vivir en ella. Bankia abrió entonces un procedimiento judicial contra ella, y su lanzamiento estaba fijado para ayer.
