Muchos de los vecinos de Piles a los que en los años 90 se les prometió que sus hijos estudiarían en un nuevo colegio deben ser hoy padres de universitarios o jóvenes que tienen sus propios trabajos y que vieron como sus retoños fueron saltando ciclos educativos sin que se pusiera ni una sola piedra de aquel edificio. Si alguno ya tiene nietos y viven en el municipio, al menos podrán tener la satisfacción de ver cómo lo estrenan.
Y es que la Conselleria de Educación, en manos de Vicent Marzà, hizo pública ayer la esperada lista con los proyectos de construcción y rehabilitación de centros educativos que llevará a cabo durante esta legislatura y en la Safor ha fijado la prioridad en los de Piles, Xeraco, el colegio les Foies del Grau y el instituto Ausiàs March de Gandia.
Si todo va como ha marcado la Generalitat, entre este y el próximo año se habrá iniciado la construcción, ampliación o rehabilitación de estos centros, todos ellos con un largo historial de reivindicaciones detrás.
El primero en la cola es Piles. El Consell estima que las obras de este edificio empezarán durante el segundo semestre de este año. Aún queda, pero para los vecinos no es nada tras esperar más de dos décadas. En el municipio han visto pasar presidentes y consellers, secretarios autonómicos y directores generales de los que no habían logrado hasta ahora más que compromisos. Esta vez, al menos sobre el papel, tienen una fecha.
El alcalde, David Morant, se mostraba ayer cauto pero exultante. «Estamos muy contentos porque son muchos años de reivindicaciones del municipio de Piles y por eso esperemos que se cumpla lo que dicen y que por fin sea una realidad». Se dejará atrás un centro con enormes deficiencias, falta de espacio, nula accesibilidad, carencia de aulas y problemas de electricidad, entre otros.
Como publicó hace unas semanas este periódico, las obras del nuevo colegio de Piles estaban licitadas desde 2010. El proceso, estancado desde entonces, caducó en enero de 2015. Eso hacía temer al municipio un nuevo alargamiento de los plazos para la construcción.
A principios del próximo 2017 está previsto que se inicie la ampliación del colegio Joanot Martorell de Xeraco. Se trata de un proyecto que llegará como caído del cielo para unos vecinos que ven como parte de su alumnado acude a clase a un edificio y la otra mitad a otro. Esa circunstancia obliga al Ayuntamiento a gastar miles de euros cada año en el transporte de los alumnos hasta el comedor en autobús, todo y que a los dos centros los separa menos de un kilómetro de distancia.
La emoción embargaba ayer al alcalde Francesc Serralta, quien se mostraba «contentísimo», sobre todo, dijo, «por el trabajo realizado, no solo estos dos últimos años, sino desde hace tiempo». Serralta reveló que se alegraba «de que se esté descubriendo todo lo que ocurría en Ciegsa; no quiero pensar que eso haya impedido que muchos colegios no hayan podido retirar los barracones», apuntaba.
Para ese mismo año se prevé que se inicien las obras del CEIP les Foies, el colegio del Grau de Gandia que actualmente solo consta de aulas prefabricadas.
En el segundo semestre de 2017, la Generalitat acometerá uno de los proyectos más importantes, la ampliación del IES Ausiàs March de Gandia. La semana pasada, el Gobierno local anunciaba la compra definitiva del solar anexo tras años de litigios con los propietarios, que reclamaban el justiprecio. Ese mismo día en que informaba del pago de los 3,6 millones de euros, la concejala de Educación, Laura Morant, indicaba que la parcela sería inmediatamente cedida a la Generalitat para llevar a cabo la ampliación del centro.
La Font, para 2018
Donde deberán tener un poco más de paciencia es en la Font d'en Carròs. La Generalitat prevé iniciar las obras del centro Francesc Carròs para el primer segundo semestre de 2018. Aunque en el mapa escolar apunta a una rehabilitación del longevo y deficiente edificio, lo cierto es que el municipio reclama un nuevo colegio. Este centro sufre problemas estructurales importantes y cuenta con unas instalaciones muy anticuadas y obsoletas. No hay ni espacio para el comedor, un servicio que se traslada al pasillo de los baños.
Ese mismo año también está prevista la rehabilitación del IES María Enríquez de Gandia, un edificio que también pide a gritos una reforma. Ya para 2019, la Conselleria de Educación ha reservado cita para la ampliación del CEIP el Castell de Almoines.
Los olvidados
En la lista de municipios «agraciados» por la Conselleria de Marzà hay tres ausencias que llaman la atención. Una es la del IES Tirant lo Blanc de Gandia. Este centro también requiere de una reforma, aunque su ubicación, afectado por la vía del tren y el barranco de Beniopa, que pasan junto al edificio, impiden su ampliación.
El otro es el IES Jaume II el Just de Tavernes. El alcalde, Jordi Juan, ya avisó de que esto podía ocurrir en tanto que no existía ni proyecto para la rehabilitación de un edificio construido en 1968, pese a que así lo había señalado el PP en reiteradas ocasiones.
Quizá el olvido más sangrante es el de Palmera. El Consell no prevé la construcción del nuevo centro esta legislatura, pese a que es uno de los que mayores problemas sufre. Tanto, que los alumnos deben ir al polideportivo en el recreo porque los barracones ocupan el patio. Este municipio se deberá conformar con ser uno de los primeros en la lista de centros donde se prevé eliminar aulas prefabricadas.
