No, no se preocupen, no es que me vaya a arrancar por sevillanas ni que quiera celebrar por anticipado la Feria de Abril. El título de este artículo obedece a lo acontecido este pasado sábado en la sevillana localidad de Dos Hermanas. En el maravilloso auditorio del Centro Tecnológico y ante más de 2.000 personas, el que fuera Secretario General del PSOE, Pedro Sánchez, anunciaba su disposición a presentar su candidatura a las primarias para el cargo del que fue apartado el pasado 1 de octubre. En ese acto, donde l@s militantes allí presentes le pedíamos al grito de «dilo ya» que anunciara el paso que ha dado, Pedro Sánchez daba satisfacción a la demanda de los que le apoyamos.

No quiero convertir estas líneas en una crónica de lo sucedido el pasado fin de semana, experiencia que a mí me ha resultado enriquecedora, ilusionante, emotiva y, sobre todo, esperanzadora. Mi intención es explicar, por si a alguien pudiera interesarle, los motivos por los que yo apoyo la candidatura de Sánchez a la secretaría general de mi partido.

Considero que Sánchez representa la coherencia, el respeto a la palabra dada y el compromiso con l@s votantes. Escuchaba al Secretario de Organización del PSOE-A recriminar a Sánchez que no convocara a la militancia para decidir el «no es no». Me voy a abstener de hacer comentarios sobre aquellos compañeros que no apoyan la candidatura de Pedro Sánchez, por respeto, pero me parecen desafortunadas estas declaraciones y explico por qué.

A las elecciones generales de junio, Pedro Sánchez y el PSOE nos presentamos con una premisa: ni por activa ni por pasiva íbamos a permitir un gobierno de Rajoy. Quien nos votó lo hizo bajo esa promesa y por lo tanto carece de sentido convocar a la militancia para consultarle algo que ha contado con el refrendo de los votos. Sánchez, después de verse obligado a abandonar el cargo mediante unas formas más que discutibles, prefirió renunciar a su acta de diputado antes que abstenerse en la investidura de Rajoy, convirtiéndose desde ese momento en la esperanza de quienes nos habíamos sentido decepcionados, cuando no traicionados, ante una decisión que atentaba contra la voluntad de muchos que habíamos votado al PSOE.

Defendí y defiendo que ante la corrupción del PP, ante la «voladura» del estado del bienestar que la derecha ha llevado a cabo, ante el retroceso en los derechos que la clase trabajadora ha sufrido con el PP o ante los brutales recortes en las libertades conquistadas hace décadas «yo no me abstengo». Ante la pregunta «¿otorga su confianza al candidato Mariano Rajoy para la presidencia del gobierno?» Mi respuesta hubiera sido No, un No rotundo. Yo ante esa pregunta, al igual que Pedro Sánchez, no me abstengo.

Apoyo a Pedro porque comparto el modelo de partido que propugna, que camina hacia la superación de la democracia representativa, (que tan útil ha sido en el pasado) por una democracia participativa, donde la militancia tenga un papel relevante. Ante la demanda de mayor participación de la militancia hemos escuchado como respuesta de algún compañero que este no es un partido asambleario. Los nuevos tiempos exigen que los partidos se abran, sean más participativos y donde los «aparatos» transfieran y compartan el poder de las decisiones con los afiliados. Quien no quiera verlo así no se ha enterado de que los tiempos han cambiado y condenan al partido al fracaso y a la irrelevancia.

Comparto también con Pedro el deseo de un PSOE claramente situado en la izquierda del espectro político, una izquierda realista, sí, una izquierda posibilista y con vocación de gobierno. También, una izquierda con voluntad de consensos, sin duda, pero una izquierda. No comparto el discurso de la centralidad. La centralidad puede ser una actitud, un comportamiento, no una posición ideológica.

Soy consciente de que la tarea es difícil, que la candidatura de Sánchez se enfrenta a lo que algunos llaman «el aparato», que «viejas glorias» de partido han reaparecido para frenarlo y que cuenta también con la hostilidad de la mayoría de los medios de comunicación. Pero si algo pude comprobar in situ es que Pedro cuenta con el apoyo (ya veremos si mayoritario o no) de una militancia movilizada y decidida a lograr el cambio que necesita este partido para recuperar el PSOE, unir a la izquierda y derrotar a la derecha.

Yo apoyaré y defenderé la candidatura de Pedro desde el respeto a los otros candidatos o candidatas que se presenten y nunca veré como un rival a quien sea mi compañer@. Espero que de estas primarias salga un partido unido, fuerte y cohesionado. Yo prefiero hablar de unión, otros hablan de coser? pues por utilizar ese termino espero que encontremos un buen dedal, ya que «costurer@ sin dedal cose poco y cose mal».