La piscina municipal de Benifairó de la Valldigna ha vuelto a ser objeto de la ira de los vándalos. Como si de una fecha marcada en el calendario dentro de la programación de efemérides del municipio se tratara, el último fin de semana de julio, la previa de las fiestas municipales, este recinto se ha visto atacado, como ya ocurriera el pasado año, por un grupo de personas que no respeta las infraestructuras que se pagan y mantienen con el dinero de todos los vecinos. La diferencia con el 2016 es que, esta vez, la instalación ha sufrido dos ataques en apenas tres días.

Según ha podido saber este periódico, el primer acto vandálico se produjo el 27 de julio, la noche del jueves al viernes pasado, y el segundo tuvo lugar la madrugada del domingo al lunes.

Los vándalos se dedicaron a tirar dentro del vaso de la piscina todo lo que encontraron por delante. Sillas de plástico, alfombras de césped artificial y comida. También dejaron restos y basura alrededor como paquetes de snaks, vasos de plástico y envases de zumo, que se acumulaban junto a la piscina. Alguno de ellos incluso decidió hacer sus necesidades en el interior de la piscina, como se apreciaba en los excrementos que aparecieron en el fondo el agua.

Esto, según explicó ayer a Levante-EMV el alcalde, Josep Antoni Alberola, obligó a cerrar la piscina al público para limpiarla y desinfectarla. En el primer ataque no pudo abrir durante medio día, el segundo dejó a los 420 vecinos que tienen el pase sin servicio todo el lunes. Esto, señalaba el alcalde, con el enorme coste que supone. No contentos con lanzar cosas al agua, también se ensañaron con una de las duchas, que fue completamente doblada. Y gracias que, en este caso, los operarios municipales pudieron repararla sin tener que cambiarla.

«Quien la hace, la paga»

Esta acción vandálica ha sido condenada por todas las fuerzas políticas del Ayuntamiento de Benifairó, mientras que el alcalde ha anunciado que la Guardia Civil, ante la que se han denunciado los hechos, ya está investigando para dar con los posibles autores. En el municipio se tienen sospechas de quién podría estar detrás de estas acciones. Lo que sí que tiene claro el primer edil es de que «no va a haber ningún tipo de indulgencia; Quien la hace, la paga», señalaba en relación a las duras sanciones a las que tendrán que hacer frente los autores si son descubiertos.

El verano pasado, también el último fin de semana del mes de julio, la piscina municipal de Benifairó ya sufrió un acto idéntico. Estos se sumaban a acciones que se venían sucediendo en el municipio desde hacía tiempo, incluso con el pinchazo de las ruedas del coche al alcalde. «Entonces se multó y se habló con los padres y hemos estado un año tranquilos, pero parece que llegan las fiestas y la gente se desmadra y ya se le olvidan las denuncias».