Vecinos de Bellreguard, entre ellos el alcalde, Alexandre Ruiz, se han lanzado a una campaña de difusión en las redes sociales para mostrar su rechazo al requerimiento remitido por el departamento de Servicios Jurídicos de la Delegación del Gobierno en la Comunitat Valenciana para que el ayuntamiento rotule también en castellano las señales de tráfico de la localidad que ahora están solo en valenciano. Como publicó este periódico, ese requerimiento surge de una queja planteada por un ciudadano que fue multado en una calle con la señal de prohibido estacionar en la que figuraba la leyenda «als dos costats».

El alcalde de la localidad, de Compromís, no solo se ha resistido a incorporar el castellano a las señales de tráfico, que están en valenciano desde hace décadas, sino que su actitud ha generado una campaña que se ha extendido entre personas de su partido y formaciones nacionalistas y de izquierda.

La consigna es sencilla. Coger un cartel con la señal de dirección prohibida y añadir el texto «imposició», y después otra señal, en este caso un semáforo en verde, con la leyenda «sí al valencià».

La campaña surgió del Ateneu Popular de Bellreguard-la Roda, y desde el pasado fin de semana cuenta con numerosas personas que han difundido su imagen, en algunos casos tomada ante las señales que mantienen la leyenda exclusivamente en valenciano.

Como era de esperar, también Compromís se ha metido de lleno en este conflicto y son numerosos los dirigentes que en los últimos días han hecho correr sus fotos con el mismo lema y muestran su apoyo al alcalde de Bellreguard. Entre ellos están el secretario de Política Municipal del Bloc, Artur Hernández.

Más allá de los gestos, la cuestión de fondo sigue pendiente de un informe que el alcalde Alexandre Ruiz ha solicitado a los servicios jurídicos de Compromís y que no está concluido. Aun así, el ayuntamiento ha informado a los letrados de la existencia de un reglamento municipal que fue aprobado en el año 1992 mediante el que se decidió aplicar un «uso prioritario del valenciano» en toda la Administración local. Ese reglamento, que sirve de base a la política lingüística de Bellreguard, nunca tuvo enmiendas.

Este conflicto lingüístico de momento afecta solo a Bellreguard, pero dependiendo de su resolución podría extenderse al resto de municipios valencianos que, hasta ahora sin problemas, rotulan señales de tráfico solo en valenciano.