Las muestras de solidaridad con los vecinos de las urbanizaciones siguen recibiendo muestras de solidaridad desde todos los ámbitos de la sociedad. Desde que se declarar el fuego muchas han sido las empresas y entidades que han mostrado su apoyo en diferentes ámbitos a aquellos que han perdido sus casas.

La última en sumarse ha sido la Federación de Asociaciones de Empresarios de la Safor (FAES). El presidente de esta entidad, Miguel Todolí, se ha puesto en contacto con la alcaldesa de Gandia, Diana Morant, para ofrecer el apoyo y colaboración de FAES «en esta tragedia medioambiental que ha afectado a nuestra comarca», apuntan desde la patronal a través de un comunicado.«Son muchas las familias desalojadas y con muchas necesidades y, por ello, desde la Federación hemos propuesto asesorar de forma gratuita a las familias en el tema de las gestiones para el trámite de los seguros a través de la empresa Tormo Asociados que prestará este servicio en una sala de Fomento AIC», informan.

Por otro lado, Todolí ha anunciado que de la mano de Noranta Arquitectes, «estamos trabajando junto al Colegio de Arquitectos de Valencia para dar forma a una bolsa de técnicos que ofrecerá sus servicios y atenderá a los afectados a un precio reducido».

Además de las empresas anteriormente citadas, muchas otras, también asociadas a FAES, como Dulcesol, La Tienda HOME, Miguel Todolí SL, Klimia, etc están ofreciendo productos y servicios de manera altruista para contribuir con nuestros vecinos de la Safor.

Asimismo, desde FAES, queremos agradecer a todas nuestras asociaciones y también establecimientos de alimentación por su gran colaboración con el ayuntamiento de Gandia.

Como publicó este periódico, desde el primer momento la ciudad se ha volcado en ayudar a los afectados. Durante las tres primeras noches de desalojo, fueron decenas las personas las que se alojaron en hoteles que, pese a la hora y pese a estar en plena campaña estival, abrieron sus establecimientos de par en par y de forma gratuita para realojar a quienes fueron sacados de sus viviendas por la acción del fuego.

Además, muchos restaurantes también se ofrecieron a cocinar platos de manera gratuita para las 400 personas que encontraron en el Espai Baladre un lugar en el que paliar su desesperanza. Los taxistas, por su parte, no dudaron en ofrecer sus servicios de desplazamientos a aquellos que lo necesitaran.