Un vecino que reside en un bloque de apartamentos en la calle Catalunya, en la playa de Gandia, alertó la tarde del pasado 28 de diciembre de que una persona acababa de escalar por la fachada para entrar en una vivienda. Varios agentes de la Policía Local acudieron a la llamada y el testigo les explicó por dónde había visto subir al ladrón, por lo que una dotación accedió al segundo piso y otra acudía a la parte posterior del edificio.

Un agente observó a una persona con una mochila que intentaba abandonar el edificio por el patio de luces que da a las cocheras. En ese instante el policía se dirigió hacia ella, y le indicó que no se moviera. El hombre hizo caso omiso y le dijo al policía que «no pienso ir preso», momento en el que huyó, metiéndose por una ventana de la planta baja que estaba fracturada.

Se iniciaba entonces una persecución en la que participaron varios agentes. Uno de ellos vio al fugitivo cómo se introducía por la ventana de la cocina de la vivienda, tratando de escapar. El agente entró y halló al ladrón escondido en la galería, pero volvió a intentar huir dándole una patada en la pierna para derribarlo.

El ladrón opuso una gran resistencia y en el forcejeo uno de los agentes tuvo que derribar la puerta para ir en ayuda del compañero debido a la fuerte resistencia que oponía el caco, que fue finalmente reducido y detenido.

El hombre, de 44 años de edad y vecino de Gandia, ha pasado a disposición judicial junto con la mochila que portaba en el momento del arresto, en cuyo interior se hallaron numerosos utensilios, entre ellos varios destornilladores, guantes, un cuchillo, un testador de voltaje y un teléfono móvil.