A pocos meses de que finalice la legislatura llega todo un clásico en año electoral: Toca hacer balance de los proyectos que se han ejecutado a lo largo de los cuatro años anteriores. Desde 2015, en la comarca de la Safor han sido muchas las obras que se han ido iniciando y terminando. Los municipios han contado, para ello, con una fiel aliada, la Diputación de Valencia.

Las aportaciones del ente provincial en los últimos cuatro años ha permitido a los alcaldes adecentar calles, plazas, jardines, instalaciones deportivas y culturales, edificios públicos de administración y un sinfín de infraestructuras que remozan como nuevas gracias a la importante inyección de dinero que les ha llegado.

La vicepresidenta del ente, Maria Josep Amigó, se desplazó ayer hasta Tavernes de la Valldigna para hacer balance de las inversiones que se han llevado a cabo en la comarca de la Safor. En total, la Diputación de Valencia ha invertido 46,7 millones de euros a través de los diferentes planes: Inversiones Financieramente Sostenibles, SOM, mantenimiento de centros educativos municipales y el de colegios, entre otros, además de los convenios singulares y otro tipo de ayudas. Esta cifra supone que se ha destinado una media de 267 euros por habitante.

Durante la intervención, en la que estuvo acompañada por el alcalde de Tavernes, Jordi Juan, y en el público por el presidente de la Mancomunitat de la Safor, Tomàs Ferrandis, además de otros ediles de la comarca, la vicepresidenta puso el énfasis en el trabajo que se ha llevado a cabo a través de los programas de mantenimiento de escuelas y centros educativos como los conservatorios, las EPA o las «escoletes», entre otros, que han supuesto una inversión de 1,6 millones de euros en la Safor. Destacan las actuaciones llevadas a cabo en el colegio Benipeixcar de Gandia, con 85.000 euros, en el Vall de Vernissa de Llocnou, donde se invirtió la misma cantidad, los 90.000 euros de Barx o los 140.000 que se destinaron a los centros de Bellreguard y Villalonga, entre otros. Gandia recibió 260.000 euros y el resto de localidades 38.000 cada una.

Amigó, además, contrapuso esta inversión a la que realizó la misma entidad provincial en la legislatura anterior, cuando la presidía el popular Alfonso Rus. De hecho, la elección de Tavernes para presentar el balance de la comarca no fue casualidad. Primero porque parte del dinero que ha recibido este municipio se ha destinado a la adecuación del centro de interpretación de la Cova del Bolomor, un enclave que se considera estratégicamente muy importante para el turismo y como espacio patrimonial e histórico.

En segundo lugar porque la localidad vallera ha pasado de recibir 1,6 millones de euros en la pasada legislatura, a más de 3 en la presente, más del doble, de los que 2,1, un 70%, se han destinado a construcción o mejora de infraestructuras.

A nivel comarcal, el actual gobierno de la Diputación de Valencia, formado por el PSPV y Compromís, ha destinado 15 millones de euros más a obras y otro tipo de actuaciones (45,7 en total), que el anterior del PP (30 millones de euros), lo que supone una diferencia del 47,7%.

7,6 millones a Gandia

Otra ciudad que también ha salido bien parada a lo largo de estos cuatro años ha sido Gandia. La capital comarcal finaliza el mandato actual con una inversión por parte del organismo provincial de 7,6 millones de euros, que son nada menos que 5,5 más de los 2,1 que le llegaron en el periodo 2011-2015 (27,6 euros por habitante) todo y la buena sintonía que el entonces alcalde, Arturo Torró, tenía con el presidente Rus.

La situación se repite, de hecho, en la gran mayoría de las localidades de la comarca, que han visto incrementadas las ayudas a través de los diferentes planes puestos en marcha.

La vicepresidenta señaló el aumento de los recursos que llegan a los municipios responde «a la nueva política de la diputación para distribuir sus fondos con criterios de objetividad y equidad».

La dirigente hizo hincapié en la nueva forma de trabajar de la Diputación de València, «que ha permitido que lleguen más recursos a todos los Ayuntamientos de manera transparente y con independencia del color político».

Puso como ejemplo del cambio de gestión los convenios singulares, una práctica muy utilizada para el reparto de ayudas en la pasada legislatura. «Hemos pasado de 34 millones de euros repartidos de esta manera en 2014, a solo 800.000 en 2019». Habló también de los proyectos más polémicos de la anterior corporación: La instalación de césped artificial y la sustitución de las farolas por luminarias de tecnología LED. «Hemos ido a pueblos en los que nos hemos encontrado almacenes llenos de cajas de LED porque no las han podido instalar», indicó.

Por su parte, el alcalde de Tavernes de la Valldigna, Jordi Juan, como anfitrión del acto, destacó «la diferente manera de trabajar de esta corporación, porque en estos años se ha implicado al máximo con los ayuntamientos, tanto en su financiación como en el impulso de la autonomía de las entidades locales».

Otras obras destacadas que se han llevado a cabo en la comarca con el dinero de la diputación son la plaza del Pi de Benifairó, que ha sido remodelada por completo con una inversión de 98.000 euros, la reurbanización de la calle València de la localidad de Bellreguard, en la que el ente aportó 85.825 euros, la recuperación del entorno del Ullal del Bovetar de Guardamar de la Safor (49.000 €), la nueva zona verde del parque de Ausiàs March en Gandia (240.000 euros más 100.000 que puso el ayuntamiento), o el parque de la Concordia de Potries, que costó 50.000 euros.