Víctor Soler, candidato del PP a la alcaldía de Gandia, se ha quedado lejos de lograr ese objetivo, pero difícilmente nadie en el partido le podrá reprochar nada. Más bien al contrario. Un simple vistazo a los resultados electorales del domingo pasado dejan bien a las claras que Soler puede vanagloriarse de ser un «líder» del PP entre las principales ciudades de la Comunitat Valenciana. Exceptuando, eso sí, casos como Alicante, Benidorm o Torrevieja, que presentan particularidades propias en el sur de esa provincia.

Como se refleja en el cuadro adjunto a esta información, no hay municipio de las dimensiones de Gandia que supere en porcentaje los votos conseguidos por Soler. Sin salir de la Safor, ni Tavenes de la Valldigna ni mucho menos Oliva se acercan a su resultado. Pero es que tampoco le hacen sombra los cabezas de lista de localidades como Dénia, Alcoi, Alzira o Torrent. La ciudad de València, en donde la candidata y exconsellera María José Català no consigue la alcaldía por un concejal, el resultado del PP es diez puntos por debajo del que Soler ha cosechado en la capital de la Safor.

Hay otros datos que afianzan al PP de Gandia en el ránking de los más apoyados de la Comunitat Valenciana. La lista municipal, que obtuvo el 31,83% de los votos, superó en cinco puntos el resultado del mismo partido en las elecciones al Parlamento Europeo, celebradas también el domingo pasado. O sea, Soler fue más votado que su propio partido en las Europeas. Y son 12 puntos más que el voto en las elecciones Generales del 28 de abril, que supusieron el mayor descalabro conocido en la formación que lidera Pablo Casado.

Ya lo dijo Víctor Soler la misma noche electoral. Tras conocer los resultados fue recibido con aplausos en la sede del partido, en la céntrica calle del Duc Carles de Borja, y allí, en medio de la tristeza general, reconoció a los seguidores que los resultados se quedaron por debajo de lo que esperaba. Pero, a renglón seguido, señaló que, comparándose con otras ciudades cabeza de comarca, los gandienses dieron un amplio respaldo al PP.

Un ambiente de dificultades

Soler, prudente en esa noche electoral, señaló que el resultado en Gandia se había conseguido en un ambiente de dificultades. Y ahí se quedó para que nadie piense que criticaba al partido. Pero en la mente de muchos de los asistentes esas «dificultades» surgían en forma de relación y, por qué no decirlo, de reproche a quienes en este momento tienen la responsabilidad de dirigir el PP en la provincia de València y en el conjunto de la Comunitat Valenciana.

En primer lugar, y pese a ser diputado en les Corts Valencianes, el partido retrasó tanto el proceso preelectoral que Víctor Soler no se pudo presentar como candidato a los gandienses hasta la semana previa a Fallas, cuando su principal rival, Diana Morant, hacía meses que, además de ejercer como alcaldesa, actuaba como candidata a repetir en el cargo.

Frente a eso, Soler no podía ni abrir la boca. Ni una promesa electoral, ni una reunión con asociaciones en calidad de aspirante a la alcaldía y, no menos importante, sin poder hacer una sola llamada para afrontar con tiempo la configuración de la lista electoral. Todo eso lo tuvo que hacer deprisa y corriendo mientras España, y obviamente Gandia, se sumergían en una doble campaña electoral, las Generales y Autonómicas, previa a las municipales.

Eso sí, en público nadie ha reprochado nada al partido. El resultado es un «éxito» del PP de Gandia que le lleva a cuatro años en la oposición.