No cabe duda de que los vecinos de Madrid tienen motivos para sentir orgullo por su ciudad. Pero desde el viernes pasado disponen uno más, aunque a muchos el argumento les pueda parecer poco significativo. La urbe que lleva el título de Villa y Corte protagoniza el Foc i Flama de este año, el libro oficial de la Fallas de Gandia. Además, esta septuagésima primera edición es la primera tras haber sido declarado por la Generalitat Libro de Interés Turístico, el único entre las publicaciones festivas valencianas que ha conseguido esa designación.
Porque hasta la capital de España se desplazó el equipo de la Federació de Falles de Gandia (FdF) para realizar el reportaje fotográfico central de este Foc i Flama. Calles, plazas, parques y puntos emblemáticos de Madrid fueron el escenario en el que las falleras mayores de 2020, Sandra Faus Palmer y Alba Ramón Borja, se movieron, no sin causar considerable sorpresa entre los madrileños que se topaban con el montaje, como bien explicó la noche del viernes el secretario de FdF, Óscar Morant.
La presentación del Foc i Flama, a la que acudieron representantes de todas las comisiones, entidades sociales y de los ayuntamientos de Gandia y de Benirredrà, se convirtió, como cada año, en un pequeño homenaje a quienes hacen posible una publicación que se acerca mucho a la obra de arte. Desde los diseñadores, Rafa Andrés y Fermí Romaguera, hasta el fotógrafo oficial, Salva Gregori, pasando por los autores de las poesías a las falleras mayores, Adriana Serlik, de cuya lectura se encargó el concejal José Manuel Prieto, y Salvador Ribes Ibáñez, que sorprendió al subir al escenario para cantar sus versos. «El Foc i Flama, como ocurre con los llibrets de cada falla, es una labor y un proyecto de un año entero. Un trabajo que no sería posible sin la colaboración de todas estas personas que nos brindan su ayuda y han participado su gestación», indicó Óscar Morant durante el acto en el Museu Faller.
«Envidia sana de las juntas»
Y, en ese afán de universalidad de las Fallas gandienses, este Foc i Flama incluye el lujo de un homenaje a la música cuyo relato se ha inspirado en un genio, Ludwig van Beethoven, coincidiendo, en este 2020, con el 250 aniversario del nacimiento de uno de los más destacados compositores de la historia. De forma ficticia, el libro sitúa al genio alemán llegando a la ciudad de Gandia el día 4 de julio de 1814. «Era lunes y hacía calor», señala el texto, que después narra cómo el compositor se sorprende, entre otros aspectos, por los 'esmorzars' valencianos o los gustos por las piezas musicales del momento. Un relato, por lo tanto, muy propio de las fallas.
Después de que el impresor Vicent Maral hiciera entrega a las falleras mayores, al concejal Prieto y al presidente de la FdF, Telmo Gadea, de los primeros cuatro ejemplares, los representantes de las comisiones pudieron disponer de su Foc i Flama, que inmediatamente empezaron a ojear entre copas de cerveza, vino y canapés.
Poco antes el secretario de la FdF recordó que esta publicación, surgida en el lejano año 1947, «siempre ha brillado con luz propia» y que desde hace mucho «es una referencia en la Comunitat Valenciana y envidia sana de todas las juntas locales falleras».
