La crisis provocada por la pandemia del coronavirus ha puesto patas arriba la economía del país. Hay sectores muy tocados: turismo, servicios o comercio, especialmente, están sufriendo las consecuencias no solo de caso dos meses de inactividad, sino de la incertidumbre que genera en la ciudadanía la actual situación, en plena escalada de positivos, por el temor a contagiarse.
En este contexto, donde muchas familias han visto truncada también su normalidad por los ERTE y despidos hay un sector que, sorprendentemente, no solo resiste, sino que se encuentra en un buen momento. El mercado inmobiliario está capeando la crisis. Así lo asegura el presidente de MLS Gandia, la asociación que aglutina a inmobiliarias de las comarcas de la Safor y la Marina Alta. Javier Rocher explica que el mercado «está activo» y que en estos momentos hay un buen ritmo de compraventa de viviendas. El sector inmobiliario se está beneficiando del mismo efecto que está sumiendo en la depresión a aquellos que tienen que ver con el consumo: la gente se queda más en casa y el hecho de pasar más tiempo entre las cuatro paredes que forman el hogar permiten darse cuenta de necesidades o carencias a las que hasta ahora no se daba importancia. «Se buscan pisos con terraza o balcón», explica Rocher. La ciudadanía quiere asegurarse de disponer un espacio en el que respirar si se produce un nuevo confinamiento.
Así, la demanda de casas ha reactivado zonas como Marxuquera, que, como indicaba el presidente de la entidad inmobiliaria, había estado algo parada en los últimos años. La pandemia también ha modificado los hábitos laborales y eso también se está notando a la hora de buscar casa en estos momentos. «Quien tenia tres habitaciones ahora quiere cuatro, para que una de ellas se destine a teletrabajar», indicaba el experto. «Antes la gente solo iba a casa a dormir y no se daba cuenta de esas cosas», señala. Durante la crisis, los precios apenas se han resentido. En el caso de la venta de pisos y casas se ha producido una modificación a la baja, aunque Rocher la cifra entre un 5% y un 10%, que «no ha sido ninguna hecatombe para el mercado». Reconoce, además, que «no ha sido tanto como al consumidor le gustaría». Según los datos del Ministerio de Fomento, durante el primer trimestre del año 2020 se realizaron en Gandia 287 operaciones de compraventa. Es la cifra más baja desde 2016, aunque en este caso es difícil que la pandemia tenga alguna incidencia sobre los datos, en tanto que el confinamiento se impuso a mediados de marzo y la estadística recoge cifras de enero, febrero y marzo. En lo que respecta al alquiler, la pandemia no ha modificado el comportamiento del mercado.
Los precios siguen este 2020 en la misma tendencia en que estaban en 2019. Se encuentran en máximos y en una situación que «no se ha modificado prácticamente nada» durante la estos meses tan extraños, como explicaba Javier Rocher. Según el portal Idealista, el precio medio del alquiler se situaba en la ciudad de Gandia el pasado mes de agosto en 5,8 euros el metro cuadrado, solo 20 céntimos menos que el máximo histórico, al que se llegó en mayo del 2019 y que se situó en seis euros de media el metro cuadrado. Así, actualmente, un piso de 100 metros cuadrados en la zona centro de la capital de la comarca de la Safor tiene un coste de 520 euros al mes, cuando en mayo de 2018 se pagaban 440 euros, es decir, 120 menos. Tampoco, según recoge el mismo portal, la playa de Gandia ha experimentado una bajada importante en el precio del alquiler. En el mes de julio del 2019 el precio medio por metro cuadrado en la costa gandiense alcanzaba los 7,4 euros y en el mismo mes de este ejercicio se situaba en 7 euros, manteniendo el mismo nivel entre los meses de junio y agosto.
