Algo tan natural como es un beso entre dos personas tiene nervioso a alguien en la ciudad de Gandia. Es eso o tal vez es que molesta lo que implica esa potente imagen que preside el mural en favor de los derechos LGTBI que preside un muro de a antigua «escleta» Wilson de Gandia, justo enfrente del colegio Gregori Maians.

Por cuarta vez en un año, el mural pintado por Flug ha sido atacado. Esta vez, como ya ocurrió en una ocasión anterior, se ha borrado con pintura blanca el gesto de las dos chicas besándose, sin más.

El ataque fue descubierto cuando un trabajador del ayuntamiento se acercó hasta el mural a tomar unas imágenes ayer por la mañana, según pudo saber este periódico, aunque se desconoce el día o momento exacto en que se realizó la pintada en cuestión.

Aunque desde el gobierno de Gandia siguen convencidos del potente mensaje que lanza el mural ya no esconden que existe cierto hartazgo con esta situación. Por ello, esta semana el concejal de Cultura, Nahuel González, quien en la pasada legislatura promovió la iniciativa Serpis Urban Art, se reunirá esta semana con el artista con el objetivo de «analizar» la situación, según comentaba ayer a Levante-EMV y buscar posibles soluciones, que podrían pasar por acciones contundentes para reivindicar la pieza o incluso pintar uno nuevo en otra zona.

Para González, este tipo de acciones «suponen la muestra clara de que es necesario pintar este tipo de murales». El edil cree que «los intolerantes se sienten con más legitimidad que nunca para hacer estas cosas» y apunta que «la mayor parte de vecinos y vecinas de Gandia está a favor de las pinturas y rechazan los actos fascistas e intolerantes».