La introducción del covid-19 en las residencias de personas mayores, dado el elevado grado de vulnerabilidad de sus usuarios, se ha vuelto a convertir en uno de los factores más preocupantes de esta tercera ola de la pandemia que se extiende por toda España y que sigue la misma tónica en la comarca de la Safor.

Si en los últimos días se han dado brotes muy importantes en las dos residencias de mayores de Daimús, en una de ellas pese a que los usuarios ya habían recibido la primera dosis de la vacuna, ahora el covid-19 se ha metido masivamente en otras dos residencias de Oliva, espacios donde, especialmente en la primera oleada, se habían mantenido libres gracias al estricto control de todas las personas que ingresaban y a las permanentes labores de desinfección realizadas.

Esas dos residencias sumaban ayer 94 infectados, 42 en una y 52 en la otra, en una jornada con más de doscientas personas, solo de Oliva, que habían dado positivo por coronavirus, elevando la tasa de incidencia a 1.100. Dicho de otra manera, el 1% de los vecinos de esta ciudad está infectado.

Las dos residencias de mayores siguen los protocolos establecidos por Sanidad para que no siga propagándose el virus, pero tan preocupante es la situación que ayer la vicalcaldesa de la ciudad, Ana Morell, señaló en una entrevista radiofónica que el Gobierno local daría su apoyo a las autoridades en el caso de que se decretara un nuevo confinamiento en los domicilios para contener una propagación de la enfermedad, que en estos momentos está fuera de control.

Pero Oliva en eso no está sola. El goteo de personas fallecidas ya es diario en el área de Salud de Gandia, donde los datos de ayer ya revelan 112 personas ingresadas en el hospital Francesc de Borja con covid-19, de los cuales 18 están en las UCI. Para hacerse una idea, antes del estallido de la pandemia la capacidad de las UCI era de doce pacientes, pero, como en tantos otros centros hospitalarios valencianos, se han tenido que habilitar espacios.

Más pruebas que nunca

Fuentes del departamento de Salud de Gandia consultadas ayer por este periódico señalaron que en estos momentos se están realizando más pruebas que nunca para detectar la presencia del virus en las personas, una actividad imprescindible para luchar contra la pandemia, pero igualmente aseguraron que la situación está desbordada y que pocos esperaban una incidencia tan elevada como consecuencia de las interacciones sociales y familiares que tuvieron lugar durante las dos semanas que discurren entre la Navidad, el Año Nuevo y el día de Reyes.

Tan es así que solo en la jornada del lunes pasado se detectaron 250 positivos en el conjunto de la comarca, un número que hace imposible realizar el rastreo de contactos para poder advertir a todas las personas que han tenido relación con ellos y ordenar que se autoconfinen en sus casas, eviten cualquier relación social y acudan a realizarse las pruebas para determinar si también han quedado infectados.