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Opinión

quien comete un delito es un delincuente

quien comete un delito es un delincuente

Cuando los «escraches» los realizan aquellos que se denominan «progres» son «jarabe democrático», pero si los realizan otros contra ellos son un delito de coacciones, e, incluso, de amenazas. Lo mismo sucede con los que dicen que son cantantes de rap, o «tuiteros». Si son «progres» sus insultos y deseos de muerte de cualquier persona «no progre» es libertad de expresión y «humor» pero si lo hace alguien «no progre», no sólo hay que meterlo en la cárcel, habría que colgarlo en la plaza mayor.

Me refiero a todo lo que está girando entorno a Pablo Hasel. Este hombre está, actualmente, en prisión por varios delitos, pero no sólo por injurias al Estado, por enaltecimiento del terrorismo, por rociar con un líquido de limpieza a un periodista de TV3 y, finalmente, por agredir y amenazar a un testigo de un juicio.

Frases como estas son calificadas como libertad de expresión o humor: «no me da pena tu tiro en la nuca, pepero», «que alguien clave un piolet en la cabeza de José Bono», «donde muchos comunistas ni conocen a los Grapo, yo sí respeto a quien más de un cerdo mató», «ojalá vuelvan los Grapo», «gora ETA» o «merece que explote el coche de Patxi López».

Pues yo coincido con los jueces, esto no tiene nada que ver con la libertad de expresión. Alguien ha dicho que estas frases «humorísticas» sólo escandalizan a la justicia española, y nada más lejos de la realidad.

Un ente nada sospechoso como el Tribunal Europeo de Derechos Humanos establece lo siguiente: «La alabanza o justificación de acciones terroristas no puede ampararse dentro de la cobertura otorgada por el derecho a la libertad de expresión o ideológica en la medida en la que el terrorismo constituye la más grave vulneración de los derechos humanos de aquella comunidad que lo sufre».

Es curioso que un partido como Podemos que, según su cabeza visible, Pablo Iglesias, no hace mucho decía que había que hacer leyes contra personajes como éste, hoy esté animando a los subversivos a seguir manifestándose, justificando sus actuaciones, que, al final sólo consisten en agredir a policías, destrozar todo el mobiliario municipal, las cristaleras de las entidades bancarias y saquear todos los comercios que se encuentran en su recorrido. Lo que les faltaba a los mismos.

Por cierto, vaya desde aquí mi apoyo a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, a quienes, algunos, les recriminan que cumplan con su obligación de velar por la seguridad de todos los ciudadanos.

A todos aquellos que justifican lo que está pasando estos días en las calles de Cataluña, Valencia, Madrid, Pamplona, etc, con destrozos de mobiliario urbano, se les debería exigir el dinero que tendrán que pagar los ayuntamientos para reponer y reparar dicho mobiliario. Yo no estoy de acuerdo con que los impuestos que pago se destinen al pago de esos destrozos.

En definitiva, todos aquellos que cometen delitos y, además son reincidentes y se les condena por diversos delitos, son delincuentes y deben cumplir con las condenas impuestas. Si alguien es tan valiente para decir lo que dice, tiene que ser valiente también para asumir las con secuencias de ello. Y a quienes les amparan no se les puede calificar más que de cómplices.

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