Las obas de reurbanización de la avenida Blasco Ibáñez, ubicada al norte del casco urbano de la playa de Tavernes de la Valldigna, han provocado sorpresa entre los vecinos y vecinas de la zona. El motivo es la instalación de unas farolas de grandes dimensiones prácticamente en medio de una de las dos nuevas aceras que se están construyendo.

Como se aprecia en la imagen, el enorme poste, si bien no impide el paso de una silla de ruedas o de una pareja, por ejemplo, sí añade una dificultad al peatón, que se encuentra con obstáculos que debe sortear cada pocos metros cuando camina por ese espacio. El asunto puede complicarse especialmente en fin de semana cuando miles de personas utilizan esa vía para llegar hasta el mercadillo que se celebra en la zona del Lago Azul. La colocación de las farolas en plena acera llama mucho la atención porque precisamente una de las justificaciones para llevar a cabo la obra de reurbanización de esta vía era que se ganaba espacio para el peatón y se quitaba, por tanto, a la ciculación de vehículos.

Y es que, la colocación de los soportes de las luminarias en ese punto provoca que se desaproveche un importante trozo de acera, en tanto que lo lógico es que el peatón vaya por la parte interior de la farola y no la exterior, donde quedaría más a merced de los coches que transitarán por la calzada cuando esta entre en funcionamiento.

Esta situación fue detectada por los vecinos hace unos días, cuando aún se estaban instalando y no se habían colocado aún los adoquines. Sin embargo, el ayuntamiento no tiene previsto rectificar y en una imagen de ayer ya se puede apreciar que los trabajos siguen su curso y se están colocando los elementos que conformarán el margen de la calle.

En realidad, el proyecto contemplaba la instalación de estos elementos en el bordillo. Sin embargo, al levantar el pavimento, los operarios de la empresa contratada para llevar a cabo la obra descubrieron que junto a la misma pasaba una conducción troncal que abastece de agua potable a los edificios de la zona. Para sortear ese problema, los técnicos decidieron retirar los postes hacia el interior de la acera hasta un punto en que no hubiera peligro para las cañerías, lo que ha provocado que acaben prácticamente en el centro de la misma.

El alcalde, Sergi González, explicó ayer que «se intentó buscar la mejor solución técnica para sortear el problema del troncal de agua potable» y que se llegó a la conclusión que «lo mejor era desplazarlas un poco hacia el medio de la acera, siempre respetando el tema de la accesibilidad».

El alcalde asegura que «se intentó buscar otro sistema» para poder instalar las farolas pero que «no fue posible técnicamente». Reconoce que «no es la solución perfecta» pero insiste en que «no hay ningún problema de accesibilidad».

El PP pide que se subsane

La portavoz del PP en el Ayuntamiento de Tavernes la Valldigna, Eva Palomares, denunció ayer que el Gobierno local «ha aplicado la solución menos acertada para personas con movilidad reducida o que transporten sillitas de bebés o personas mayores con andadores». Por esa cuestión, la concejala, en nombre de su grupo, ha exigido «que se subsane» el problema de las farolas en favor de las personas, «denunciando no sólo la barbaridad del proyecto ejecutado por el ayuntamiento, sino la ineficiencia, despropósito y coste económico». La dirigente popular asegura que «nos produce verdadera alarma y sorpresa».