Hasta tres plenos distintos los concejales y las concejalas de Gandia lo han debatido sobre la figura de Lenin. El motivo no es otro que el cuadro que el concejal de Cultura, Nahuel González, tenía en su despacho, ubicado en la Casa de la Marquesa, justo detrás de la silla de su escritorio, como se aprecia en imágenes que él mismo ha publicado en sus redes sociales. Tenía, porque el retrato ya no está, como ayer mismo confirmaba a Levante-EMV el propio edil.

Fue el PP quien sacó a relucir la cuestión en el mes de junio. El portavoz popular, Víctor Soler, le pidió a la entonces alcaldesa, Diana Morant, que ordenara la retirada de un cuadro que le parecía «intolerable» porque mostraba la figura en un edificio público de «un dictador genocida». En aquella ocasión, Morant le respondió que, a su entender, «todos los dictadores son dictadores» y que «yo no me colgaría el retrato de un dictador en mi despacho». Pero, a su vez, avisaba a Soler que «no voy a ser yo totalitaria», por lo que «ni permito ni dejo de permitir nada».

Ahí parecía que quedaba la cosa. Sin embargo, el PP estaba dispuesto a estirar la cuestión y, por ello, en el siguiente pleno, el de julio, ya con José Manuel Prieto como alcalde, Víctor Soler volvía a hablar del tema en su turno de intervención, preguntó al alcalde si iba a permitir que el cuadro continuara colgado en el despacho. La respuesta de Prieto fue que, por lo que le constaba, «ya no hay ningún cuadro de dictadores en edificios del Ayuntamiento de Gandia». Ese mismo día habló también el edil aludido, Nahuel González, quien pidió a Soler que «no le diera lecciones» a su partido y que «lo que le molesta es que exista el Partido Comunista», además de pedirle que «condene el franquismo, que sí que es delito».

El asunto salió una vez más a la palestra en el pleno de ayer por parte de Víctor Soler. El alcalde, Prieto, con un tono algo más elevado, aseguraba que había «dado la orden» de que se retirara el cuadro y pidió «prestigiar» la institución, utilizando «únicamente aquello que está en el inventario de este ayuntamiento», refiriéndose al uso de elementos externos.

El alcalde cortó además el intento de debate cuando Nahuel González pidió turno de palabra para responder «por alusiones». «El debate ya tuvo lugar en el pleno anterior», zanjó.

Un nuevo cuadro

Tras la sesión, el edil González confirmaba a Levante-EMV que el retrato no está en su despacho «desde hace semanas» pero aclaraba que «no lo quité por que lo haya pedido el PP» ni porque existiera una orden de la Alcaldía, pese a que Prieto había asegurado en la sesión que había sido así. «Lo he retirado porque llevaba cinco años conmigo y ya me había cansado de él y voy a poner otro», indicaba.

Pero el PP, por su parte, quiso apuntarse «el mérito» y, a través de un comunicado señalaba que «lo que era un insulto para todos los ciudadanos es ya historia gracias a la petición del Portavoz Popular Víctor Soler».

Sea por el motivo que sea, lo cierto es que al menos esta polémica queda zanjada y no volverá a ser objeto de debate en ningún pleno, a no ser que el cuadro que en un futuro tiene intención de colocar el concejal vuelva a molestar a los populares o a otra persona que forma parte de la corporación municipal.

La utilización de símbolos de distinta índole suelen ser motivo de rifirrafes políticos. Por ese motivo, de hecho, en Gandia se ha llegado a un acuerdo sobre el uso del balcón del consistorio.