El temporal aporta un hectómetro cúbico cada día al pantano de Beniarrés

El agua definitivamente cierra el episodio de sequía y permitirá mantener el caudal ecológico del Serpis durante lo que queda de año

Los aliviaderos de fondo del pantano de Beniarrés, soltando agua al río Serpis.

Los aliviaderos de fondo del pantano de Beniarrés, soltando agua al río Serpis. / Levante-EMV

Sergi Sapena

El martes pasado, cuando ya había empezado a llover en amplias zonas de la cuenca del río Serpis, el pantano de Beniarrés, con una capacidad de 27 hectómetros cúbicos, retenía 15,60, lo que representa aproximadamente el 60% del total. Ayer esa cifra ya era de 17,40 hectómtros cúbicos, prácticamente dos más, lo que evidencia que las precipitaciones han generado un caudal de entrada que aporta más de un hectómetro cúbico al día, porque el aliviadero de fondo de la presa sigue soltando agua al cauce del Serpis.

En Beniarrés estas situaciones son de lo más habitual, pero lo que resulta extraordinario es que haya ocurrido en estas fechas, fruto de un excepcional episodio de lluvias que ha batido récords de acumulación para un mes de mayo en toda la zona situada entre las comarcas del Comtat y la Vall d’Albaida, de donde se alimentan las cabeceras de los ríos Serpis y Clariano, afluente del Albaida.

En la tarde de ayer, con nuevas precipitaciones que afectaban a esas mismas comarcas, el acumulado desde el lunes superaba los 250 litros por metro cuadrado, especialmente en la cuenca del río Agres, uno de los principales afluentes del Serpis.

Según estiman los expertos, con un suelo tan empapado de agua, el caudal del Serpis en el Comtat seguirá siendo generoso durante semanas, de manera que, dependiendo del criterio que aplique la Confederación Hidrográfica del Júcar, podría generar, como ya ocurrió el verano pasado, la singular imagen de un pantano prácticamente lleno en pleno verano.

Además, como en la Safor también ha llovido, si bien hasta anoche en cantidades más modestas, no hará falta captar agua, ni del Serpis ni de los pozos, para destinarla al riego, y eso garantiza, un verano más, esa imagen en cierta medida bucólica de una corriente continua a su paso por Gandia y el Grau.

Las lluvias, como ratifican expertos en ecología y representantes de asociaciones de agricultores, no han podido ser más beneficiosas. En un escenario de cambio climático y de calentamiento del planeta, el agua hará que sigan creciendo con rapidez las especies vegetales que surgieron del suelo arrasado por el incendio de 2018, que afectó a más de tres mil hectáreas de bosque mediterráneo entre los municipios de Llutxent y Gandia, y también el del pasado verano en la Marina, que arrancó en la Vall d’Ebo. 

El año pasado tuvo lugar el marzo más lluvioso en décadas y en este 2023 ha sido mayo el que ha dejado registros muy generosos y de enormes beneficios.