Jordá ya está en 61 países y sigue abriendo nuevos mercados

Jordá sigue expandiéndose por el mundo. La empresa con sede en Daimús y dedicada a la transformación del metal ya está presente en 61 países y continúa abriendo nuevos mercados, el último, este mismo año, en Japón. El mercado internacional representa el 40% de su producción. 

Su mercado exterior se dedica en su mayoría al arte funerario, que está en los orígenes de la empresa, mientras que en el nacional la producción está mucho más diversificada. Estamos ante un gigante que fabrica componentes para sectores tan diversos como la automoción, la alimentación o la maquinaria industrial. Tiene como clientes a numerosas firmas de ingeniería, para las que elaboran piezas de todo tipo, algunas de ellas dando ellos mismos con la solución más eficiente para su producción en serie. 

Desde mediados de los años setenta trabajan con clientes de Italia, Francia y Portugal. En 1999 se sumaron Estados Unidos y Canadá, que actualmente son el principal motor de las exportaciones.  

Por otra parte, la compañía adquirió en 2004 una empresa en Tailandia que se dedica al arte religioso pero también a obra civil, de hecho ya han firmado murales y esculturas enormes. Y desde este año 2023 sus piezas también viajan a cementerios japoneses. 

La empresa, establecida en Gandia en 1939 y con orígenes en Alcoi, ya va por la cuarta generación. Al frente se sitúan los hermanos Kico (consejero delegado), Merche y Carol Jordá. Todo empezó con el bisabuelo, Francisco Jordá Pascual, que fabricaba mobiliario en latón y bronce. Su hijo, también Francisco, siguió los pasos de su padre y fue la tercera generación la que empezó con el arte funerario.

Ya en los años noventa la empresa Jordá empezó a diversificar con un primer producto: la fabricación de moldes para helados de Avidesa, hechos en aluminio. «A mi padre le costó mucho dar con la forma y el material adecuado, pero el encargo fue un revulsivo para seguir creciendo», explica Kico Jordá.  La cuarta generación ha seguido en esta línea. Muchos de sus clientes son empresas de renombre de la comarca de la Safor.  

Y todo ello sin descuidar a su plantilla, 62 trabajadores que son su principal activo, muchos de ellos con estudios de Formación Profesional y superiores. El miércoles pasado, en la gala FAES, Jordá recibió el Premio a la Empresa Socialmente Comprometida, y no por casualidad. 

Desde hace más de 40 años y por iniciativa de Francisco Jordá Mengual, el padre, fallecido en 2019, da empleo a personas con diversidad funcional, gracias a un convenio de colaboración con entidades que velan por la inserción sociolaboral de este colectivo, primero fue con Asmisaf y actualmente con la Asociación Prointegración Laboral de Minusválidos Psíquicos Mondúver. Actualmente hay ocho trabajadores que se dedican a la producción de letras.  

Pero, además, Jordá colabora con más causas solidarias. Es una «Empresa con Corazón», un sello creado por Cáritas de Gandia, y en este sentido una de sus últimas acciones ha sido fabricar, lógicamente de manera altruista, unos moldes de acero con los que miembros de la entidad prepararán estas navidades dulces, que venderán con fines solidarios. También apoya al movimiento Strong People contra el cáncer y a la Fundación Next2U. 

Y por si esto fuera poco, promueven la participación de sus trabajadores en la Cursa de les Empreses de la Safor-ESIC, desde su primera edición, en 2019, y en otras actividades deportivas.

Diversificación

Jordá es la empresa líder en España en fundición y herraje para arte funerario, pero hoy es mucho más que eso. Desde sus instalaciones, en el polígono Jordá de Daimús, la compañía realiza una veintena de procesos industriales diferentes para cualquier producto que requiera la transformación del metal. «Cinco empresas en el mundo hacemos herraje funerario a este nivel», afirma el CEO, Kico Jordá. 

Todo con un equipo perfectamente coordinado, desde los ingenieros que diseñan las piezas con potentes programas informáticos hasta los operarios que las ejecutan con la ayuda de máquinas, algunas de ellas de última generación llegadas de Japón o Alemania, y la posterior logística y comercialización. 

Aunque el nombre fiscal sigue siendo Bronces Jordá, hace unos años hicieron un «branding» de la marca, estilizando la imagen y eliminando el «Bronces», si bien la B se conserva en el logotipo. Una de sus divisiones es Jordá Engineered Solutions. 

Otro indicador de su responsabilidad social corporativa es su compromiso con el medio ambiente y la gestión de sus residuos, que almacenan en compartimentos estancos y en el exterior de las naves. 

En los últimos años se han adentrado en la fabricación de trofeos personalizados para todo tipo de eventos. En definitiva, Jordá aplica la última tecnología al proceso de mecanizado, creando todo tipo de matrices, moldes y piezas adaptadas a cada cliente con la máxima precisión y profesionalidad.