Los primeros en llegar, los últimos en irse

«Son los primeros en llegar y los últimos en irse». Así resumió el viernes pasado el alcalde de Gandia, José Manuel Prieto, la labor que realizan los agentes de la Policía Local y la vocación de servicio público de sus agentes. Fue en una rueda de prensa junto con el comisario jefe, José Martínez Espasa, y la concejala de Seguridad, Lydia Morant. El motivo era dar a conocer los actos preparados por el ayuntamiento para conmemorar los 150 años del cuerpo, que se cumplen en este 2024.

La agenda empezará en febrero con un partido de fútbol solidario entre bomberos y agentes de otras policías locales. También habrá un homenaje a agentes jubilados y visitas de escolares a la central. Además, el historiador Abel Soler está preparando un libro que estará listo en noviembre.

Entre los actos institucionales, además del tradicional, el 17 de octubre, habrá un pleno extraordinario donde se recreará la sesión en la que se constituyó este cuerpo como Guardia Municipal, un 13 de abril de 1874. 

Para situar el contexto histórico, un año antes se había proclamado la Primera República y se libraban en España luchas entre los carlistas, partidarios de que reinara el pretendiente Carlos VII, los republicanos y los que pedían una monarquía constitucional. La entrada amenazante de tropas carlistas en Gandia en marzo de 1874 movió al ayuntamiento a crear una milicia que dependiera directamente del alcalde, al margen de batallas políticas y sobre todo que actuara de forma más rápida que otros cuerpos militares. Ese primer cuerpo policial estaba formado por un cabo y cuatro guardias urbanos. Hoy son 153 agentes y se prevé que la legislatura finalice con 179.

En 1922 se aprobó un reglamento, que se conserva en el Arxiu Històric Municipal, donde por primera vez se codifican cuestiones como el decoro o la cortesía con la ciudadanía, y también se crea una sección de «serenos».

Dando un gran salto en el tiempo, con la llegada de la democracia en 1978 las policías locales adquieren por ley rango de Cuerpo de Seguridad, pero los medios con los que contaban seguían siendo precarios. No fue hasta finales de los 70 cuando entraron los primeros vehículos a motor. 

Los agentes incluso patrullaban con vehículos particulares, abonando el ayuntamiento los gastos de gasolina, o usaban las cabinas de teléfono para saber las novedades. Hoy es un cuerpo moderno, equipado, incluso con drones, y que atiende a delitos impensables hace medio siglo. Destacables han sido servicios como la riada de 1987, el incendio de Marxuquera en 2018, o la explosión controlada del coche bomba que puso ETA en la playa de Gandia en 2001.

En las últimas décadas los agentes han ido cambiando de sede; a principios de los 80 estuvieron en la calle Vallier mientras duraron las obras del ayuntamiento, luego en la plaza Loreto, y más tarde en un retén en la carretera de Almoines. Desde 2015 están en la entrada norte.

Además, se ha notado su apuesta por las redes sociales, incluso en Youtube, para comunicar avisos y divulgar campañas.