Un programa piloto del CDR de la Safor abordará la raíz emocional del absentismo escolar

El programa está enfocado a crear una estructura y rutinas para el alumnado de 1º y 2º de ESO y FP Básica

El IES Joan Fuster de Bellreguard, donde se desarrollará el programa Escola de Vida. | LEVANTE-EMV

El IES Joan Fuster de Bellreguard, donde se desarrollará el programa Escola de Vida. | LEVANTE-EMV / Toni Álvarez CAsanova. Gandia

El absentismo escolar es un asunto que, desde hace tiempo, preocupa tanto a las autoridades como a las comunidades educativas. Y es que, la falta de motivación por los estudios lleva a muchos adolescentes a dejar de acudir a clase en edades en las que sigue siendo obligatoria su presencia en las aulas.

El Centre de Desenvolupament Rural de la Safor (CDR) ha puesto en marcha un programa que busca hacer frente a esta situación. La iniciativa parte de la base de que cuando existe un caso de absentismo, es decir, cuando un chico o chica deciden «pasar» literalmente de ir a clase, el motivo, en la mayoría de los casos, no se encuentra solamente en una cuestión académica o educativa, sino que esconde una complicada situación socioemocional.

Y precisamente ahí es donde quiere incidir el programa, que lleva por título Escola de Vida, puesto en marcha por el área de Juventud del CDR que coordina Raquel Simó con la ayuda de la Mancomunitat de la Safor y el Ayuntamiento de Bellreguard. «Es un problema que viene desde lejos y a raíz del análisis que hemos elaborado a través del contacto con la juventud, hemos solicitado la puesta en marcha de este programa para ver qué podemos hacer nosotros para paliar la situación», explica.

Se desarrollará en dos centros educativos de la comarca. Por una parte, el IES Joan Fuster, con talleres una vez por semana, y por otro en el instituto FP la Safor de Beniarjó. En el primer caso está destinado a alumnado muy joven, de entre 12 y 15 años, es decir, de primero y segundo de ESO.

Habilidades funcionales

Durante esa sesión participarán en talleres en los que se trabaja con la juventud habilidades funcionales para la vida, gestión socioemocional, valores positivos como la empatía, refuerzo educativo, búsqueda de oportunidad y práctica de oficios y salidas profesionales.

Simó explica que «una de las cosas que más les gusta es salir del aula convencional, para ellos puede ser una forma de ir a clase pero como si fuera un premio».

La coordinadora señala que supone «un cambio de metodología», donde se prioriza el trabajo de las habilidades socioemocionales y funcionales. También se incluye conocer la situación sociofamiliar del o la joven y abordarla mediante el trabajo de habilidades «que les permita establecer una estructura, una rutina y que cada persona se trabaje a ella misma».

Aunque también habrá refuerzo educativo y académico en aquellas materias que se considere necesario, esta cuestión no es la más importante, ya que la prioridad es generar una motivación para que no quieran abandonar las aulas. Este programa también permite, además, una atención muy personalizada, es decir, por lo que se aborda y trabaja la situación individual de cada alumno o alumna. «Hay que tener en cuenta que es gente que está muy descolgada del sistema educativo, porque tienen una falta de rutina o estructura y no tienen acompañamiento», señala Simó. Por tanto, lo primero pasa por fijar una rutina y, en segundo lugar, abordar la cuestión académica. «El objetivo es que gracias a participar en este programa conseguimos que no se separen del sistema educativo», indica Raquel Simó.

En el centro de FP la Safor se trabajará con alumnos y alumnas de FP básica que son un poco más mayores que los del Joan Fuster en los mismos términos.

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