NECROLÓGICA

Hermano Fernando SJ

Fernando Nalda

Fernando Nalda / Levante-EMV

Jesús Sendra y Juan Miguel Lloret

Escribo estas apresuradas líneas empujado por la necesidad de tributar un pequeño homenaje y un grato recuerdo, en Gandia, al Hermano Fernando Nalda, SJ, que recientemente falleció en Valencia y que el próximo lunes 15 de abril se celebrará una misa en la Insigne Colegiata de Gandia a las 19:30 h.

Gran parte de su vida, llena de amor y servicio, transcurrió en la Compañía de Jesús en distintos destinos: Raimat, Palma de Mallorca, Roma, Villagarcía y en distintas etapas en Gandia. Y en diferentes tareas como la de sastre, enfermero, sacristán, docente, animador litúrgico, etc., en definitiva siempre sirviendo a los demás.

Lo conocí hace ya 65 años donde en septiembre de 1959, siendo sastre de la Comunidad del Noviciado de los Jesuitas en Raimat, y yo joven aspirante a jesuita, cortó y me cosió la primera sotana con mucho amor y esmero, pues para él fue una gran alegría ver a un chaval de Gandia por allí, siendo él de Piles. Y después de muchos años lo visité en el Colegio Montesión de Palma de Mallorca, donde entre otras labores ejercía de enfermero de los Padres y Hermanos jesuitas ya mayores que necesitaban cuidados y que él con mucho amor y cariño les dedicaba.

En todas las etapas que estuvo en Gandia las dedicó a diversas tareas: en el Colegio Borja-Jesuitas que desde la docencia y tareas de Pastoral, 1ª Comunión, eucaristías, transmitiendo la espiritualidad ignaciana de día a día, en el mes de mayo a la Virgen, enamorado de San Francisco de Borja, ayudando en las tareas lúdicas con los alumnos y con gran relación con los ex-alumnos y las familias, departiendo con los profesores y personal del Centro, etc. En la Iglesia de Palacio, como sacristán, animando la liturgia con sus cantos, departiendo con los feligreses que asistían a la Casa. Recuerdo, con que cariño visitaba y llevaba la comunión a los impedidos y enfermos. Animador del Rosario de la Aurora. Y no podemos olvidar su vínculo con la Hermandad de la Virgen de la Soledad.

Pensamos que al Hermano Fernando le hubiera gustado morir en su Comunidad de Gandia (aunque los religiosos están prestos de ir a donde les llamen), en su Palacio del Santo Duque, cerca de su familia de Piles, pero la triste realidad es que hoy en día no residen jesuitas en Gandia y tuvo que formar parte de la Comunidad de las Escuelas San José en Valencia, donde falleció a sus 94 años.

Toda una vida dedicada al amor a Dios y al servicio de sus hermanos, emulando el lema de nuestro Santo Patrón, San Francisco de Borja, "En todo Amar y Servir". Y acorde con las palabras de la Sagrada Escritura: "Bienaventurados los muertos que mueren en el Señor, descansen ya sus trabajos porque sus obras les van acompañando".

El recuerdo del Hermano Fernando nunca nos dejará.