Oliva liquida la urbanización Aigua Blanca y concluye que debe devolver dinero a los propietarios

El infierno administrativo en el que se convirtió ese sector se cierra tras 20 años de gestiones y 9 con las obras paralizadas

La liquidación de este proceso arroja un saldo excesivo de 92.596 euros

El Gobierno reconoce «el sufrimiento» de los propietarios, y también las dificultades de los responsables políticos

La zona de la urbanización Aigua Blanca IV, en una imagen reciente.

La zona de la urbanización Aigua Blanca IV, en una imagen reciente. / Levante-EMV

Sergi Sapena

El Ayuntamiento de Oliva ha cerrado definitivamente uno de los más largos, farragosos y conflictivos proyectos de urbanización llevados a cabo en las últimas décadas. Después de años de gestiones, el departamento de Urbanismo ha aprobado la liquidación definitiva de Agua Blanca IV, un hecho que se ha comunicado a todos los propietarios.

Ese documento final arroja un dato muy significativo. En medio del maremágnum de cobros por costes, sobrecostes, modificaciones de proyecto y otras circunstancias, el ayuntamiento acabó ingresando de los propietarios 92.596 euros de más, por lo que el consistorio ha iniciado el procedimiento para devolver ese exceso de recaudación proporcionalmente a cada uno de los propietarios.

Aigua Blanca IV, situada en la playa olivense, abarca 56.700 metros cuadrados y, en el año 2006, en medio de aquella burbuja inmobiliaria y constructora que poco después estallaría y desembocaría en una de las peores crisis económicas de los últimos años, comenzaron las obras de urbanización a cargo de empresa Midascón. El coste iba a ser de 1,4 millones de euros, pero al poco tiempo de iniciarse los trabajos quedaron paralizados, con calles y aceras a medio hacer, infraestructuras inacabadas o ni siquiera empezadas, que, con el abandono, se fueron deteriorando.

En 2015, nueve años después, se pudo retomar el proceso, pero para entonces el ayuntamiento ya tenía que poner 1,9 millones de euros. Es decir, asumir las modificaciones del proyecto, las mejoras y la reparación de las infraestructuras ejecutadas costó más que la adjudicación inicial de toda la obra. En todo ese trámite, no fue hasta el 12 de septiembre de 2017 cuando se pudieron retomar los trabajos. En este trayecto hubo una fecha clave, el 15 de mayo de 2019, cuando ya se pudo recepcionar la urbanización y otorgar las licencias de obra.

Propietarios que protestaron por la paralización de las obras, en una imagen del año 2012.

Propietarios que protestaron por la paralización de las obras, en una imagen del año 2012. / Ximo Ferri

El Ayuntamiento de Oliva, satisfecho con este último paso del rompecabezas que ha supuesto Aigua Blanca IV, ha reconocido las muchas dificultades que han tenido que superar los sucesivos responsables políticos municipales «y los sufrimientos para los propietarios durante más de dos décadas». Debido a las complejidades del proceso, para aprobar esta liquidación definitiva se ha contado con asistencias externas, tanto jurídicas como técnicas, y con numerosos informes de los técnicos municipales.

La alcaldesa, Yolanda Pastor, ha trasladado su alegría «por el esfuerzo de todos» y ha reconocido a los propietarios del sector, «por todo lo que han hecho y por el gran sacrificio personal que les ha supuesto todo este complicado proceso urbanizador».

Joan Mata, concejal de Urbanismo, también señala que este es el momento «de reconocer a muchos de mis predecesores en el cargo y a los alcaldes que han pasado por este proceso el esfuerzo titánico para poder estar hoy en el punto que estamos». «Poder trabajar para resolver este tipo de problemas es el sentido esencial de nuestra actividad política», concluye el edil, quien anima a todos a seguir trabajando para superar los problemas que se encuentra en otras urbanizaciones de la ciudad.