—¿Habría que limitar más las campañas publicitarias de comida rápida y los alimentos más nocivos?

—En América Latina y el Caribe la legislación es más dura que aquí, donde cumplimos normativas europeas, además de estrategias nacionales como la NAOS. Las empresas del sector de la alimentación, en el marco de esta estrategia, firmaron el código PAOS de buenas prácticas, una especie de pacto de caballeros para promover una mejora de la salud de la población desde su publicidad, con especial atención a la dirigida a los niños. La publicidad agresiva en este sentido se ha reducido bastante, pero se tendría que hacer mejor.

—¿Qué proporción de población sufre obesidad?

—En España, la padece entre un 17% y un 24% de la población, lo que en comparación con otros países nos deja en un rango medio-alto, del 1 al 10 seríamos un 6. Con l0s niños, el porcentaje llega al 20% y el rango de comparación con otros países ya es de 8 o 9.

—¿Por qué este alza de la obesidad infantil?

—Han cambiado las tendencias de alimentación, hay más sedentarismo, triunfa la comida rápida, se comen menos legumbres y pescados... son muchos factores. Los datos de Balears, Cataluña y Comunitat Valenciana son bastante mejores.

—¿Por la dieta mediterránea?

—No del todo. La dieta mediterránea es de calidad, pero se ha de ver la cantidad, las raciones. La causa puede ser porque aquí nos movemos más, comemos con más cabeza y porque, por la dieta mediterránea, ingerimos más carbohidratos complejos (que dan más trabajo a nivel digestivo) y menos alimentos ricos en grasas, sal y azúcar.

—¿La dieta Dukan es tan mala como dicen algunos?

—Las dietas hiperproteicas no son malas si no son permanentes. Es como un medicamento, como una aspirina que te tomas en un momento que la necesitas. Pero siempre ha de ser bajo supervisión y control, con análisis periódicos.

—¿Cuándo pasamos de tener sobrepeso a ser obesos?

—Es fácil. Te pesas y te mides y sacas tu índice de masa corporal. Si pesas 70 kilos y mides 1,74 metros, pues divides 70 por 1,74 al cuadrado y obtienes tu índice. Si estás entre 19 y 24,9 tienes un índice conforme a tus proporciones. Si estás entre 25 y 29,9 tienes sobrepeso. Y de 30 para arriba, sufres obesidad. Aunque en cada caso hay que mirar la grasa, los huesos, la masa muscular...

—¿Qué parte de la obesidad es culpa de los genes?

—Hay gente con facilidad para engordar, hay 200 genes relacionados. Pero es que el ser humano está programado para engordar. Nuestros antepasados de hace millones de años comían y acumulaban grasa para cuando no hubiese. El problema es que la evolución humana ha ido más lenta que la disposición de alimentos.

—Usted forma parte del Comité Permanente de la Nutrición de la ONU que busca acabar con la malnutrición. ¿A cuánta gente afecta en el mundo?

—Hay que diferenciar la malnutrición con la desnutrición, que es no comer lo que necesitas. La primera se da en todos los países, en los desarrollados también porque hay déficit de vitaminas.