Los parásitos están a la orden del día y, pese a que sus niveles de contagio se han reducido respecto a otras épocas por una mejora en la higiene, en pleno siglo XXI seguimos compartiendo espacio con ellos. Es más, durante la pandemia se han multiplicado los casos de sarna, un trastorno de la piel que provoca una picazón causada por pequeñísimos ácaros parásitos, también llamaos aradores de la sarna o "Sarcoptes scabiei".

El picor es provocado porque el ácaro está cavando en la zona, y lo más probable es que la intensidad del escozor se acentúe por la noche. Además, esta enfermedad cutánea es altamente contagiosa pero, por suerte, también puede tratarse fácilmente en la mayoría de los casos. Para ello, los medicamentos que se utilizan tienen la finalidad de matar los ácaros y a sus huevos.

En un estudio publicado por el prestigioso dermatólogo Miguel Casals, "Sarna: una epidemia dentro de una epidemia", se recogen las posibles causas que, todas juntas han formado un caldo de cultivo para que se diera el vertiginoso aumento de los casos de sarna durante la pandemia de la covid.

El especialista explica que durante el confinamiento las personas pasaron más tiempo con sus familiares en un espacio cerrado, un factor que aumenta el riesgo de la transmisión del parásito a causa del contacto estrecho. Es más, en este aspecto detalla que en los años anteriores los dermatólogos ya habían observado un incremento de los casos de sarna en el período invernal porque durante esta época se tiende a estar más en casa y en espacios cerrados.

Otra de las causas que añade Casals es el miedo de la población a salir de sus hogares durante el confinamiento. Por este motivo, pese a que pudieran experimentar el picor y otros síntomas de la sarna, los afectados tendían a tardar más en acudir a un centro médico. Además, a este factor debe sumarse la falta de atención presencial por parte del personal sanitario. Durante muchos meses se ha tendido a la atención telemática de los pacientes y, en cualquier caso, es prácticamente imposible diagnosticar la sarna si el especialista no puede observar en persona al paciente.

Todos estos factores provocaron que el contagio de la sarna se multiplicara : "La detección y el tratamiento del caso índice es la medida más eficaz para detener la expansión del parásito y esta demora en el diagnóstico puede haber llevado a un aumento de la transmisión", asegura Miguel Casals.

Hasta el momento la sarna se manifestaba principalmente en residencias, prisiones, hospitales, albergues y demás, en definitiva, en instituciones en las que conviven grupos de personas numerosos. Ahora el número de contagios dentro de los hogares o entre personas convivientes se ha disparado.

En el estudio este aumento se refleja en datos: "Más del 80% de los pacientes diagnosticados de sarna tenía antecedentes de familiares o cohabitantes en su domicilio también diagnosticados con escabiosis. Por contra, durante el mismo período de marzo a mayo, pero de los 5 años previos a la pandemia, solo el 20% de los pacientes diagnosticados de sarna tenía antecedentes de familiares o cohabitantes afectados". En definitiva, "en España se comunicaron 64 casos durante el mismo período de marzo, abril y mayo de 2020, frente a 18,6 de promedio, durante el mismo período, en los 5 años previos a la pandemia".

Finalmente, el dermatólogo ha afirmado que la detección tardía de la sarna también ha provocado que la medicación recetada haya tenido que ser más fuerte. En un principio, antes del confinamiento en la mayoría de los casos era suficiente con una crema tópica. No obstante, en la actualidad la mayoría de los pacientes debe medicarse con un fármaco oral.